Septiembre en Chiapas

Septiembre en Chiapas

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Representar e informar

 Zoé Robledo*

En tiempos que todavía se recuerdan sin mayores nostalgias o que, de plano, son recurrentes, la tarea de informar se reservaba a uno de los poderes nacionales. Se trataba del Poder Ejecutivo, tanto de la federación como de las entidades y ese ritual se repetía puntual y reiterativamente. Eran días de un sólo mando y con un informe de esa instancia era más que suficiente.

Con que informara el Poder Ejecutivo era suficiente, porque en ese Poder se encontraba la cima de la autoridad y la tarea de gobernar se circunscribía en esa instancia. Los informes eran un ritual previsible y, por eso mismo, lejano a los intereses de la ciudadanía que, a su vez, se mostraba indiferente o aceptaba los eventos de manera pasiva, en el mejor de los casos.

Era así, porque los poderes Legislativo y Judicial tenían presencias más o menos testimoniales. Por eso mismo, no había mucho material para dar a conocer a los habitantes del país, o de la entidad o del distrito en el caso de los senadores o diputados. Al ser de perfil bajo, el Legislativo y el Judicial se sombreaban en el poder principal: el Ejecutivo. El presidente de la República y los gobernadores daban a conocer el estado de la administración pública sin mayores respuestas por parte de los poderes restantes: ni a favor ni, mucho menos, en contra.

Ahora bien, cuando el Poder Ejecutivo deja de ser omnímodo, inclusive cuando se trata de un proceso evolutivo de largo o mediano plazo, los poderes Legislativo y Judicial, e incluso los organismos autónomos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos o el Instituto Federal Electoral, van acumulando nuevas atribuciones reales y, por eso mismo, es necesario que las acciones realizadas sean del conocimiento de los ciudadanos de la jurisdicción respectiva. Ahora, para decirlo brevemente, hay algo más que se hace y que debe ser del conocimiento público. Informar es hacer, para usar las palabras de Daniel Cosía Villegas, "público lo que es público" y ese acto es un ingrediente vital para la vida del país o de las entidades federativas. Es un deber republicano y es una acción por la democracia.

Afortunadamente, en el caso del Congreso de la Unión, se ha evolucionado y tanto los diputados federales como lo senadores son un factor de decisión política en todos los sentidos. En el Congreso se debate en torno a los grandes problemas nacionales y se construyen los acuerdos que imponen las necesidades del país. La tarea de conciliar los intereses no siempre es fácil, dado que las distintas fuerzas políticas de la Nación se corresponden con diversos intereses y percepciones en torno a la realidad de los mexicanos. No es fácil, pero la diversidad es un signo de la libertad y de la democracia. Sin pluralidad no hay presencia de los mexicanos reales.

En el Senado de la República se han analizado durante el último año importantes reformas. Algunos senadores han defendido, de manera intensa, el interés de distintos segmentos de la sociedad mexicana ante las diversas propuestas. En mi caso, tuve una oposición frontal al incremento de impuestos que ahondaran la desigualdad, me opuse a la aplicación del IVA (Impuesto al Valor Agregado) para los alimentos y las medicinas, así como también a la homologación del IVA en las regiones fronterizas del territorio mexicano.

Estos asuntos son decisivos en la vida de los mexicanos y de los chiapanecos y requieren un esfuerzo amplio y profundo. Contra lo que con frecuencia se afirma, la tarea legislativa no es "descansada", ni siempre glamorosa. Implica, para una labor legislativa profesional, amplias horas de estudio, de análisis y de construcción de acuerdos y, también antesalas y reuniones para gestionarlos múltiples problemas y necesidades que plantean los ciudadanos y sus organizaciones.

Por eso mismo, los ciudadanos de todo el país tienen derecho a ser informados. Necesitan saber sobre los logros y también requieren de una explicación cuando no ha sido posible atender positivamente alguno de sus planteamientos. El legislador no puede operar programas ni atender directamente las peticiones; sin embargo, tiene la tarea de ser gestor de la ciudadanía.

El deber de informar debe ser cumplido en una modalidad republicana. Debe llegar a la ciudadanía sin gastos superfluos, ni amontonamientos innecesarios. Es buena, desde luego, la competencia política, pero ésta debe darse de acuerdo con las nuevas circunstancias del país y de nuestras entidades federativas. Especialmente en el caso de Chiapas.

Los desplantes multitudinarios son parte de una historia que debemos tener en cuenta para no repetirla. Es tiempo de pasar, en la manera de hacer política, de las multitudes anónimas a los ciudadanos enterados. Es bueno reunirse con los ciudadanos de manera directa y afectuosa, pero no limitar el mester político a eventos sin finalidades específicas. Es tiempo de informar y de hacerlo a la manera moderna y republicana. Es tiempo de dar a conocer realidades y de dejar a un lado las simulaciones o los disimulos.



*El autor es senador del PRD por Chiapas.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Energéticos: transparencia y decisiones nacionales





ZOÉ ROBLEDO*

El asunto de la Reforma Energética es uno de los más importantes en la vida de los mexicanos en estos meses y años. Por eso mismo es un tema recurrente que nos obliga a hacer consideraciones que se van acumulando y que espero sean insumos para construir una opinión con mayores consistencias. 


En el asunto del petróleo y demás energéticos debemos ir con mucho cuidado. Sobre todo, porque los energéticos en el país son parte del andamiaje para nuestra soberanía y piedras angulares de un mejor futuro económico y social en el país. Por eso es necesario tomar en cuenta todas perspectivas de análisis. Estoy claro que la decisión sobre el futuro de los hidrocarburos es una decisión soberana que debe ser tomada por todos los mexicanos, bajo las nuevas modalidades de participación que permite la Constitución, como lo es la Consulta Ciudadana. Pero para tomar buenas decisiones se requiere tomar decisiones informadas y ahí los especialistas juegan un papel relevante. En mi opinión, debemos escuchar a quienes, al margen de las preferencias políticas, conocen el escenario y el trasfondo de los energéticos, de tal manera que pueden ayudarnos a construir una visión objetiva y con todos los elementos esenciales.

Bajo esta premisa, se ha trabajado en organizar foros desde prácticamente todas las perspectivas. Se ha buscado documentar las razones para enriquecer la información disponible y discusión sustentada.

Lo que sí es importante mantener como propuesta estratégica es la conservación de los energéticos bajo dominio indiscutible de la nación. Los energéticos, en general, constituyen bienes de valor estratégico para el presente y el futuro de la especie humana. En el caso del petróleo, se trata de un material combustible, pero es también un satisfactor con distintos subproductos de alto valor en presente y en el futuro.

Sencillamente, el país que cuente con reservas petroleras adecuadas tendrá menos dificultades en las próximas décadas para su desarrollo. En el caso mexicano, es esencial conservar el dominio de la nación sobre todos los materiales energéticos, porque no se puede enajenar el futuro que debe ser también de todos los sectores sociales de la comunidad nacional.

Las decisiones que se tomen ahora y en el largo plazo, van a generar algunos problemas. En realidad, ya se han comenzado a presentar y su solución va a implicar dificultades para todos los mexicanos. Como es bien sabido, la renta petrolera cubre más de la tercera parte del presupuesto nacional y lo que se determine hacer con ella va a impactar los niveles de vida de todos los mexicanos. Ahora bien, la producción nacional de hidrocarburos ha comenzado a disminuir y es necesario tomar medidas al respecto. Es vital la modernización de Pemex y el sentido de esa modernización debe ser determinado por los mexicanos, que deberán asumir, inevitablemente, los beneficios y consecuencias que resulten.

En ese orden, como senador por Chiapas, me he sumado a la iniciativa nacional, encabezada por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas para impulsar una Consulta Ciudadana para decidir qué Reforma Energética debe realizarse. Es por ello que con la participación de muchos chiapanecos comprometidos hemos iniciado desde hace algunas semanas una cruzada colectar firmas que documenten formalmente la solicitud de esa consulta ciudadana. En 20 municipios de las regiones Centro, Sierra, Costa, Soconusco, Fronteriza, Altos y Frailesca, se ha informado de manera puntual y sistemática, para que las mujeres y hombres de Chiapas participen, de manera cada vez más decisiva, en las decisiones que serán vitales para el país. Como resultado de estas acciones, realizadas entre el 5 y el 30 de octubre, se han recabado hasta la fecha más de 25 mil firmas.

Un punto adicional que debe ser requisito con o sin Reforma Energética es la transparencia en el sector. Uno de los puntos más importantes de los foros organizados por el PRD en el senado de la República fue justamente éste, el de la transparencia. 

Hay muchas dudas sobre la comercialización y se ha denunciado la falta de transparencia de organismos como Pemex Internacional. También hay oscuridades en las donaciones y en gastos tales como las relacionadas con la publicidad y las transferencias al sindicato.

Tanto Pemex como la Comisión Federal de Electricidad, son paraestatales que generan muchas dudas. El IFAI ha recibido casi 54 mil solicitudes de información sobre la CFE y Pemex en los últimos 10 años lo que representa el 5.6 por ciento de todas las solicitudes de información que ha recibido el gobierno federal en estos años. Aquí lo destacable no es él número de solicitudes sino la importancia de la información. Pemex es la empresa número uno del país con ingresos anuales superiores a 1.6 billones de pesos y tributa la tercera parte de todos los impuestos del país. Con esa importancia no se puede ocultar información, ni mucho menos mentir.

Pero quizá lo que refleje más la opacidad y ausencia de transparencia son las respuestas de Pemex. A decir del consejero del IFAI, Ángel Trinidad Zaldívar, entre el 40 y 50 por ciento de las respuestas que da la paraestatal a quienes le solicitan informaciones: "esa información no existe". Pero cuando el solicitante se inconforma y el IFAI interviene resulta que de esos casos, entre el 40 y 45 por ciento, desmienten a Pemex y resulta que si existe. Los solicitantes de información a PEMEX que se inconforman son prácticamente el doble del promedio de los que se inconforman por las respuestas de las otras dependencias del gobierno federal.

Pemex no sólo es una empresa poco transparente en muchos rubros, sino que además ha desarrollado mecanismos para no acatar sus responsabilidades en esta materia. Eso es grave y debe cambiar.

La democracia también es transparencia en lo público. Es puntualmente, como lo afirmaba don Daniel Cosío Villegas, "hacer público lo público".