Septiembre en Chiapas

Septiembre en Chiapas

miércoles, 31 de julio de 2013

Debaten comisiones del Senado una ley para prevenir y atender el desplazamiento forzado de personas en el país.




::Contemplan cuatro puntos: un registro nacional de desplazados, la conformación de un consejo intersecretarial encabezado por la Segob, la creación de un fondo para tal efecto y el diseño de políticas públicas en la materia

La Cámara de Senadores debate ya en comisiones una ley para prevenir y atender el desplazamiento forzado en el país, así como para obligar a las autoridades a restituir casas, negocios u otras propiedades que fueron despojadas a las víctimas.
Se trata de un problema abordado por Crónica en las últimas semanas, que la CNDH ha considerado ya de máximo interés —incluso alista ya un informe especial—, pero ante el cual la Secretaría de Gobernación se ha mantenido indiferente.
La iniciativa contempla cuatro puntos: un registro nacional de desplazados, la conformación de un consejo intersecretarial, encabezado por la Segob, para atender el fenómeno, la creación de un fondo para tal efecto y el diseño de políticas públicas en la materia.
“Es como una mesa de cuatro patas, un marco jurídico que permita identificar cuáles son las autoridades responsables para la prevención del desplazamiento, así como sistematizar el número de víctimas, disponer recursos para su atención y generar programas”, explicó en entrevista con este diario el senador perredista Zoé Robledo, principal impulsor de la ley, la cual ya ha recibido respaldo de legisladores del PRI y del PRD.
La propuesta es discutida en las comisiones de Gobernación, Seguridad Pública y Derechos Humanos. Antes de convocarse a una sesión de comisiones unidas, también deberá ser analizada por la Comisión de Población, para después presentarse ante el pleno. Se espera que el proceso culmine en el próximo periodo legislativo, el cual arranca en septiembre.
Aunque considera al desplazamiento como multicausal —derivado de conflictos religiosos o agrarios, movimientos armados y hasta desastres naturales—, la información del Senado indica que el 90 por ciento de los casos se deriva de la violencia provocada por la lucha antinarco.
Robledo urgió a la CNDH a emitir un protocolo de atención a desplazados, prometido desde el año pasado. Y sobre el desdén de Gobernación, opinó: “No ha tenido una posición firme y clara de cómo atenderá el problema, y a nivel legislativo estamos obligados a hacerle un llamado para que dé a conocer cuál es su estrategia, debe hacerlo a la brevedad, porque no puede haber indiferencia”.
—¿Cómo operaría el fondo contemplado en la iniciativa
—Una parte se destinaría a atender a las víctimas al momento del desplazamiento, para lo cual hay una serie de lineamientos muy claros de Naciones Unidas; y otra parte al momento en que pueda ser posible su retorno o establecimiento en una nueva población. Se necesitan recursos para brindarles servicios y una vivienda digna, para una restitución o indemnización equivalente a lo que se perdió.
—Hay otras voces que no consideran primordial una ley…
—No están viendo la película completa, sí hace falta legislar para responsabilizar a autoridades de todos los niveles de gobierno, porque estamos planteando la coordinación entre la Federación y los gobiernos estatales y municipales.
Y sí, en medio de la discusión en el ámbito legislativo, hay voces que, antes de una norma, urgieron acción gubernamental… Diva Gastélum, senadora del PRI: “Una ley no resolvería el asunto, sólo describiría el fenómeno, pero la urgencia del caso requiere política pública. Necesitamos crear conceptos, realizar un diagnóstico y elaborar un plan de acción, luego podrá venir la legislación o un apartado especial”.
Sin embargo, en la academia las reflexiones van en el sentido de proteger a las víctimas con regulaciones específicas. “Hoy los desplazados son el eslabón más débil de la cadena social en México, porque hay legislación para migrantes, para refugiados, y organizaciones que están abocadas a su atención, pero en el caso de los desplazados no hay nada, ni siquiera el reconocimiento de que existen, ya no digamos a nivel de una ley, sino a nivel de un diagnóstico oficial que permita organizar a las instituciones del estado su atención”, señaló Ricardo Reynoso, investigador del Instituto Mora.

Zoé Robledo, senador perredista, principal impulsor de la ley, la cual ya ha recibido respaldo de legisladores del PRI y del PRD.



Un honor y orgullo ser una de las 40 plumas de la edición 1000 de "Enfoque" suplemento del grupo Reforma: Zoé Robledo





Protagonistas y analistas de la historia política que Enfoque ha registrado en 19 años y ocho meses (mil ediciones) revisan acontecimientos que vivieron en carne propia o que debatieron en estas páginas, y valoran el impacto que tuvieron en la evolución de nuestra cultura política.

1993 Del pacto de Salinas al de Peña Nieto
Es sorprendente y amonestador que, casi 20 años después, el tema del pacto político por elecciones civilizadas, legales y libres siga siendo un tema. Basta ver el pleito que se traen PAN, PRD y PRI en este mes electoral, con causas reales e inventadas y, más terriblemente, los asesinatos de candidatos y coordinadores de campaña.
Al inicio del sexenio, los partidos suscribieron un pacto de 95 reformas de leyes, instituciones y políticas con el propósito de que la democracia muestre capacidad de gobernar el país después de años improductivos. Ahora proponen un acuerdo para realizar una nueva reforma electoral. Tienen razón, el proceso electoral mexicano, con las normas, instituciones, prácticas, infracciones y delitos que lo marcan, suscita sospechas y conflictos que erosionan la legitimidad política de las autoridades elegidas. La elección de los gobernantes sigue siendo el caballo de batalla de una transición democrática interminable por el oportunismo, la transgresión y ahora la delincuencia.
Muchos respaldamos los pactos políticos, tanto los electorales como los de gobernanza, porque la rivalidad política como principio es algo torpe, fastidioso e improductivo, que hace perder la confianza en las capacidades directivas del gobierno democrático. En cambio, los acuerdos políticos entre partidos rivales sobre la agenda del gobierno y sus prioridades son condición básica para que el gobierno democrático llegue a ser gobierno, una agencia relevante de dirección social. Otro políticos y analistas cuestionan el pacto y lo consideran un juego estratégico a conveniencia de los dirigentes dominantes (el PRI, los gobernadores locales, los grupos económicos...), que subordina a las oposiciones, las desfigura y les hace perder significado. Sin comentario.
Conviene recordar que el pacto político está en el origen del Estado moderno, que existe por un contrato social, por un pacto. Recordar también que las democracias exitosas son las que se basan en pactos entre los partidos y los grupos sociales fundamentales, desde el "Nuevo Pacto" roosveltiano en la Depresión hasta los pactos de las transiciones democráticas y los de los Estados sociales ejemplares, que por ser capaces de integrar capital y trabajo, tradición y modernidad, han manejado la crisis financiera global del 2008 sin haber padecido crisis fiscales y de legitimidad. En cambio, los Estados revolucionarios, que no se sustentan en un pacto social sino en la imposición política de una vanguardia, se han colapsado todos y no representan ningún ideal político.
Luis F. Aguilar Politólogo.

1994
Chiapas: David contra Goliat
¿Cómo fue posible que una fuerza militar tan pequeña como el EZLN ocupara los grandes espacios de la comunicación global y pusiera en jaque al régimen político La razón principal fue que logró posicionarse como el representante de los excluidos, de los indios, de los más pobres, cuya presencia puso en duda la imagen de un México exitoso, modelo de reformas liberales, cuyas expectativas se habían alimentado desmesuradamente. Puso en entredicho la imagen del México exitoso. Fue David contra Goliat: un movimiento comunitario indígena que se atrevía a jugarse la vida enfrentando militarmente al Estado y se burlaba de la globalización. El momento fue decisivo: sucesión presidencial de 1994 y entrada en vigor del TLC.
Desde su posición de víctimas sociales, el EZLN pudo abanderar la causa de la exclusión indígena y confrontar la antidemocracia del sistema político. El levantamiento provocó reacciones en cadena que articularon la inconformidad y la movilización; así pusieron en riesgo al régimen.
El levantamiento atrajo los reflectores nacionales y mundiales por la autenticidad de quienes estaban dispuestos a morirse por una convicción. La comunicación global y la acción de las ONG de derechos humanos impusieron costos elevadísimos a la represión. Por la presión mediática, impactó al Congreso y gobierno norteamericanos. Generó preocupación en los mercados financieros. En horas se pasó del festín a la incertidumbre.
Manuel Camacho Solís Ex comisionado para la Paz en Chiapas.

Aquel 'annus horribilis'
El asesinato de Luis Donaldo Colosio fue el epicentro del año telúrico de 1994. Ese año nos despertamos con el levantamiento neozapatista y nos fuimos a dormir con la devastadora crisis económica detonada por "el error de diciembre", y, en el camino, nos cimbraron el asesinato de Ruiz Massieu y, sobre todo, el de Colosio. Huelga explicar que lo de Donaldo fue para mí una experiencia terrible. El golpe anímico, las presiones políticas, las insidias mediáticas, todo conspiró contra quienes denunciábamos una conspiración. Por haber convocado a una reunión de diputados colosistas fui acusado de desestabilizador e irresponsable, y varios "calumnistas" difundieron la consigna contra mí y contra quienes motejaron canallescamente como "viudas de Colosio". Pero eso fue lo de menos. Luego vino el gobierno resentido de un hombre cuya máxima virtud es la buena suerte, Ernesto Zedillo, quien procesó la pérdida mediante la apuesta por el olvido. No creo exagerar si digo que fue entonces cuando se nos fue de las manos la esperanza de culminar la transición democrática no la alternancia y cuando se incubó el huevo de la serpiente de la violencia. La corrupción en México venía de muy lejos, pero a partir de aquel annus horribilis empezó a imbricarse con la imposición violenta de la perversión y el envilecimiento de nuestro tejido social.
Agustín Basave Ex diputado federal del PRI.

El primer debate
El primer debate de candidatos presidenciales que tuvo lugar en México a través de los medios de comunicación se distinguió por la franqueza y la claridad con la que se habló; cada quien dijo lo que quiso y proyectó la imagen que pudo proyectar. Se habló con dureza, pero con respeto, no hubo ordinariez ni vulgaridad. PRI, PAN y PRD cuidaron que el formato, si bien rígido, no fuera ventajoso para nadie.
El debate influyó considerablemente para que Acción Nacional pasara de 3 millones de votos en 88, con Maquío, a 10 millones de votos en 1994, a pesar de las circunstancias oficialistas que se vivían en aquellos tiempos.
¿Por qué no fue posible que el debate finalmente decidiera el resultado de la elección Hay que buscar una entrevista que se le hizo a Salinas, cuando dijo que una de las desgracias que se vivieron en 94, además del levantamiento zapatista y el asesinato de Colosio, fue el debate, y él mismo manifiesta que tuvo que hacer una reorganización del PRI, ponerle un cuerpo especial de asesores y arreglar lo que se refería a los medios de comunicación. Por ahí se puede encontrar la punta de la hebra que lleva al resultado final de esa elección. Todo México sabe que las elecciones en aquel tiempo tenían otras reglas, otras autoridades electorales y otro pueblo, porque hoy el ciudadano toma mayor participación e interés en la vida pública. En aquel tiempo teníamos que mover de manera diferente las almas de los ciudadanos, pero esa elección ayudó a remontar algunas ideas que se superaron, para que en el sexenio siguiente viniera la alternancia.
Diego Fernández de Cevallos Ex candidato presidencial del PAN.

1994 y Alianza Cívica
1994 no se olvida. Se rebelaron los zapatistas, dos asesinatos políticos cimbraron al sistema, la economía se desfondó y, finalmente, la sociedad exigió de manera pacífica y organizada respeto por el voto.
Diversos organismos civiles tenían años exigiendo elecciones confiables para acelerar la alternancia; creíamos que un cambio de partido traería gobiernos de calidad. Se popularizó la observación de los comicios y en 1994 Alianza Cívica movilizó a más de 30 mil ciudadanos que hicieron un diagnóstico integral de la elección presidencial. Nunca antes se había hecho un ejercicio tan ambicioso y profesional. Se señalaron avances y carencias y se demostró que hubo unos comicios limpios y modernos y otros mugrosos e inequitativos. La tesis caló y fue aceptada por la mayoría del Consejo General del Instituto Federal Electoral ciudadanizado y por el ganador de aquella elección, Ernesto Zedillo. Después del 94 se desgranaron los cambios: en el 96 reforma política; en el 97 la izquierda gana la capital; en el 2000 el PRI entrega Los Pinos y se desencadenó la euforia porque había llegado ¡el cuerno de la abundancia democrática!
Las elecciones del 2013 nos regresan a 1994: una parte de las elecciones es limpia, otra plagada de mañas e irregularidades. El cambio está en la actitud ciudadana; en el 2013 hay grandes dudas sobre la calidad y la utilidad de los comicios. 20 años después observo la bancarrota ética de los partidos y me pregunto: ¿sirve de algo votar
Sergio Aguayo Investigador de El Colegio de México.

1995
Error de diciembre y crisis del 95
No hubo error de diciembre que fuera responsable de la devaluación de diciembre de 1994, pues esa devaluación era inevitable. Lo que sí hubo fue falta de preparación del nuevo Presidente, Ernesto Zedillo, para administrar esa devaluación mucho mejor de lo que lo hizo.
Las consecuencias en la política son dos principalmente: una es el desprestigio que sufrió gran parte del programa económico de Salinas, pero en especial las privatizaciones, una vez que fue exhibida la gran corrupción tras la detención de Raúl Salinas. Esa consecuencia está vigente y es la principal razón por la que las privatizaciones en México no son populares. Zedillo tuvo la oportunidad de limpiar el nombre de las reformas, llevando hasta sus últimas consecuencias el proceso contra su antecesor, pero no lo hizo y desde entonces esas reformas quedaron manchadas y han sido imposibles de profundizar.
La segunda fue que la carga sobre las finanzas públicas del Fobaproa causó una sangría permanente de recursos presupuestales que restó capacidad de inversión al sector público, causando lo que hoy sabemos: insuficiente infraestructura, deterioro de muchos servicios públicos e insuficiente inversión en el sector energético. Este problema hoy lo seguimos arrastrando.
Rogelio Ramírez de la O.
Director de Ecanal, empresa de análisis económico.

1996
Reforma axial
Viene a mi memoria lo accidentando de la reforma electoral de 1996, anunciada el día de la toma de posesión del presidente Ernesto Zedillo (1994) y culminada casi dos años más tarde.
Fue aquella una reforma axial: otorgó autonomía plena al IFE; convirtió al Tribunal Electoral en un organismo especializado del Poder Judicial Federal, con plenitud de jurisdicción sobre la totalidad de los procesos comiciales, e implantó un generoso sistema de financiamiento público a los partidos políticos y las campañas electorales. Esto último provocó, paradójicamente, que los legisladores del PAN y PRD votaran en contra de las reformas al Cofipe.
Quienes en 1996 participamos en la construcción de las normas electorales nos beneficiamos en mucho de la experiencia de la reforma previa (1994) y del balance que de ella entregaron el doctor Jorge Carpizo y los seis consejeros ciudadanos electos en aquel año.
Jorge Alcocer V.Director de la revista Voz y Voto.


1997
Un día épico para la democracia
Por una decisión política fundamental de la mayoría de los miembros de la Cámara de Diputados, ese día 1o. de septiembre de 1997 colapsó técnicamente el sistema de partido hegemónico, ya que el gobierno perdió el control sobre uno de los órganos fundamentales del Estado. Fue un día épico que recuerdo como ningún otro de mi vida pública.
Porfirio Muñoz Ledo Presidente de la Cámara de Diputados al arranque de la LVII Legislatura.

1998
Chávez: se fue 'el diablo'
"Yo no soy el diablo", me dijo Hugo Chávez durante nuestra primera entrevista en 1998, cuando todavía jugaba a ser un demócrata. Muchos le creyeron y votaron por él, y Venezuela nunca volvió a ser la misma por esa ingenuidad.
Siempre es mejor entrevistar a los duros. No tienen miedo. Dicen las cosas como son. Hacen noticia. Es interesante verlos y oírlos, aunque no estés de acuerdo con ellos. Y Hugo Chávez era un duro. Muy duro. Me tocó entrevistarlo tres veces y, tras nuestras conversaciones, siempre recordaba a la periodista italiana, Oriana Falacci, quien decía que toda buena entrevista es una guerra: a veces gana el entrevistador y a veces el entrevistado.
A Chávez no le gustaba perder. Fracasó en su intento de golpe de Estado en 1992. Pero no paró hasta que, con votos y no con balas, ganó las elecciones presidenciales el 6 de diciembre de 1998. Un día antes tuvimos nuestra primera entrevista y, sin ningún empacho, me mintió tres veces. Me dijo que entregaría el poder en cinco años, que no confiscaría ninguna empresa privada y que no iba a censurar ni tomar ningún canal de televisión o medio de prensa. Chávez era un autoritario que se vendió como demócrata, y se radicalizó después del intento de golpe de Estado en su contra en el 2002. No lo pude entrevistar más.
Tras su muerte dejó en el poder a un grupito de ineficaces y corruptos funcionarios que, ni juntos, podrán llenar los zapatos, el carisma y la energía del fiero y autoritario comandante. Hoy su pobre discurso le plantea a los venezolanos un absurdo: patria o papel higiénico. Chávez, al menos, tenía más visión, más imaginación y, definitivamente, cantaba mejor las rancheras. Nunca coincidí con Chávez, pero siempre lo respeté como entrevistado. Los duros nunca se dejan doblar y Chávez nunca lo hizo conmigo, ni con nadie.
Jorge Ramos Ávalos Periodista.

1999
La muerte del 'dedazo' en el PRI
Como una marea se había expandido entre la militancia priista la demanda de participación directa para elegir al candidato del PRI a la Presidencia de la República. La primavera de 1999 comenzó con una nueva dirigencia, cuya encomienda inmediata consistió en realizar 32 asambleas estatales en el tiempo récord de un mes. En la inmensa mayoría de los estados los controles políticos de los gobernadores habían sido rebasados, impidiéndoles cerrar la puerta que se había abierto en la Asamblea de 1996. La realidad misma se imponía, pues los métodos para postular al candidato presidencial "hacían agua" ante la sociedad y ante la base del mismo partido: había que cambiar por mero instinto de sobrevivencia.
Cuatro precandidatos compitieron. Una eficaz campaña de comunicación social presentó la imagen del nuevo PRI, respaldada por la fuerza de los hechos. El descomunal esfuerzo de organización que mostró el partido fue recompensado por la participación de más de 10 millones de personas el domingo 7 de noviembre. Cuando rindió protesta Francisco Labastida el 20 del mismo mes, las encuestas marcaban una preferencia a su favor superior al 50 por ciento. Sin embargo, perdimos la Presidencia. El cambio de método fue insuficiente para enfrentar los vendavales de renovación que recorrían el mundo y a México ese fin de siglo y de milenio.
Dulce María Sauri Ex presidenta nacional del PRI.

2000
Las elecciones de la alternancia
La noche del 2 de julio del 2000 el país se enteró de que el presidente de la República sería Vicente Fox, candidato postulado por el PAN y el PVEM. Esa misma noche se perfilaba ya un Congreso en el cual ningún partido tendría la mayoría absoluta de los asientos. El PAN ganaba las gubernaturas de Morelos, por primera vez, y la de Guanajuato, por tercera ocasión. El PRD, con Andrés Manuel López Obrador, por segunda vez la capital del país. Y el PRI retenía Campeche, Colima y San Luis.
La jornada había transcurrido con calma y alta concurrencia. Las casillas se instalaron, fueron operadas por ciudadanos que generosamente atendieron el llamado del IFE, se realizaron los cómputos y los resultados empezaron a fluir. La reacción de los contendientes fue ejemplar. Corroboramos algo que todos deberíamos saber: las elecciones son el único medio que ha inventado la humanidad para que la diversidad de opciones políticas puedan contender por los cargos de gobierno y legislativos de manera pacífica, ordenada y participativa, y que la diversidad política equilibrada que habita el país gana y pierde en las distintas regiones porque los humores públicos son cambiantes y diferenciados.
No fue un rayo en cielo calmo. Menos un acto de magia. Sino el producto de un largo y tortuoso proceso, acicateado por conflictos recurrentes, que en su despliegue modificó y creó normas e instituciones para permitir que la pluralidad política que cruza el país pudiera convivir y competir de manera institucional y pacífica. Fue una historia venturosa. Digna de ser contada y asimilada.
José Woldenberg Ex presidente del consejo general del IFE.
2001
La caravana de la ilusión
El 24 de febrero de 2001, el EZLN emprendió su marcha a la Ciudad de México, bautizada como Zapatour. El presidente Fox, que había prometido arreglar el problema de Chiapas en 15 minutos, les dio la bienvenida y la gente les arrojó flores en 12 estados de la República.
La demanda del Zapatour era el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, firmados en 1996 ante el gobierno de Zedillo, pero que no se convirtieron en ley. La aventura del contrato social abandonaba los libros de Rousseau y Locke para avanzar por nuestras carreteras.
La algarabía popular acompañó la caravana hasta el Zócalo, donde Marcos cautivó con su mezcla de poesía, sentimentalismo, mitología y épica. Sin ser indígena, su personaje político le permitía decir: "somos los del color de la tierra". Su golpe maestro, sin embargo, fue ausentarse en el Congreso. En vez de él, habló la comandante Esther. Una mujer pidió a los diputados hacer leyes para que los indios entraran a la casa de la palabra.
Esa voz sigue esperando una respuesta.
Juan Villoro Escritor.

La coPresidencia corruptora
Uno de los errores más grandes de Vicente Fox fue la decisión de casarse con Marta Sahagún y permitir que, como su esposa, interviniera en áreas cruciales del gobierno. Ella fue, y hoy sigue siendo, la vulnerabilidad histórica de Fox, similar a la que muchos presidentes y muchos líderes han padecido. Una debilidad por alguien. Una mirada ciega ante algo. Un sentimiento que los obnibula y termina por sabotearlos. José López Portillo cerró los ojos frente al orgullo de su nepotismo; Miguel de la Madrid cerró los ojos frente a Emilio Gamboa; Carlos Salinas de Gortari le guiñó a su hermano Raúl. Vicente Fox emuló a sus predecesores y cayó en la misma trampa que ellos tendieron para sí. Marta Sahagún se convirtió en la debilidad de su esposo y razón irrefutable de su fracaso. Marta Sahagún fue consorte y calvario, mano derecha y talón de Aquiles, fuente de popularidad y motivo de ingobernabilidad.
La historia juzgará con severidad a la señora Sahagún y tendrá razón en hacerlo. Marta Sahagún generó la impresión de que tenía a Vicente Fox cogido de una oreja. Parecía que ella mandaba y él obedecía, ella le susurraba al oído por las noches y él seguía su consejo durante el día, ella tomaba decisiones y él las llevaba a cabo. Al compartir de manera deliberada el poder de su esposo, ella contribuyó a su gradual debilitamiento.
Fox pasó tanto tiempo escuchando a Marta que le faltó tiempo para escuchar a los mexicanos. Fox pasó tanto tiempo defendiendo a su esposa que le faltó tiempo para promover su agenda. Marta abrió flancos, distrajo, chupó el aire que el cambio necesitaba para prosperar.
Denise Dresser Politóloga.

2002
San Juan Diego
La canonización de Juan Diego fue un signo muy positivo, sobre todo porque había hecho incursión en la historia el mundo indígena mexicano por medio del EZLN. En ese contexto, que vivíamos desde 1994 hasta comenzando el mandato de Fox, es evidente que tenía un valor para nosotros.
El que se haya querido manipular políticamente para nada deslució el hecho de que un indígena se haya puesto en los altares y que eso se supiera en el mundo entero.
Raúl Vera López Obispo de la Diócesis de Saltillo.

La batalla por el IFAI
La agenda del derecho a la información irrumpió con fuerza inesperada en la coyuntura de la alternancia del 2000. A tal punto que, menos de un año después de haberse suscitado un debate intenso, el Congreso ya había aprobado la ley federal en la materia. El impulso inicial y la movilización de opinión pública no provinieron del gobierno ni de los partidos, sino del Grupo Oaxaca, integrado por académicos, periodistas y medios. Vicente Fox se montó en el proceso y, luego, inmerecidamente se adjudicó el mérito de la creación de la ley. A 10 años de su creación, ya es evidente la estrecha relación entre el desarrollo de las instituciones, las leyes y las prácticas sociales que han propiciado el proceso de apertura del poder con la rendición de cuentas, el ejercicio de las libertades y los derechos fundamentales. Se trata de un tema que incidirá en la agenda de la sociedad y del poder en el próximo cuarto de siglo.
Juan Francisco Escobedo Delgado Ex integrante del Grupo Oaxaca.

2003
El Presidente en campaña
En cualquier democracia madura, particularmente en los sistemas parlamentarios, el activismo del jefe del gobierno en favor de su partido durante las campañas electorales es práctica común y corriente. Nadie la cuestiona porque es una expresión de su liderazgo político. En el modelo presidencial, donde se juntan la jefatura de Estado y de gobierno, su participación se cuestiona en proporción inversa a la calidad democrática del régimen. En las elecciones intermedias del 2003, las primeras de la alternancia mexicana, la discusión demostró cuán inmadura estaba todavía nuestra transición democrática, anclada mental y culturalmente en el presidencialismo. Exhibió la dependencia, a favor o en contra, de amplios sectores de la clase política de la figura del Presidente como factótum en los resultados electorales. En esa ocasión se desperdició la oportunidad para que la cultura política mexicana diera un salto y confiara más en la sociedad y en la libertad de los electores.
Hace 10 años exploramos las nuevas dimensiones que se abrían en la política tras el derrocamiento del presidencialismo autoritario. Uno de ellos era la desmitificación de la Presidencia con el correlativo respeto a los derechos políticos del titular del Ejecutivo. No se superó, se atascó, porque en el debate se impuso la vieja cultura. "El Presidente es casi Dios pero es un paria en materia electoral". Ahora, lejos de avanzar y madurar, vamos en retroceso: la restauración del viejo sistema genera una perspectiva peligrosa: la simulación de imparcialidad.
Luis Felipe Bravo Mena Ex presidente nacional del PAN.

2004
AMLO: Proyecto Alternativo de Nación
No pienso que aquel documento fuese un "plan fijo". Se trataba más bien de un conjunto de lineamientos de política con una muy buena exposición de motivos. Algunos se apresuraron a descalificarlo apelando a una supuesta inviabilidad que luego, durante la campaña, se volvió una especie de deporte nacional descalificatorio de las posturas de AMLO. Esta práctica, que linda en el irracionalismo, desembocó en el slogan de que López Obrador era un peligro para México y, luego del grave conflicto post electoral, en la imposición de un Presidencia que no se sintió obligada a razonar y fundamentar sus acciones o a someterlas al más elemental ejercicio deliberativo en las Cámaras y la opinión pública... y así nos fue, en la vida cotidiana y colectiva, en la economía y en una política que no acierta a definir los ejes de su acción y perspectiva.
Sin necesidad de magnificar aquel gesto de arriesgar de entrada su convocatoria con una toma de posición programática, es claro que la ruta por él propuesta para dar cauce al litigio en torno a la sucesión presidencial fue ejemplar, a la vez que desaprovechada. Recuperar la bondad del programa y del discurso razonado es crucial. Sólo en los extremos de la tontería dogmática librecambista o liberista puede sostenerse que las propuestas formales y argumentadas son innecesarias o superfluas. Lo que se ha mostrado nefasto es su contrario: gobernar por ocurrencia, como Fox, o por capricho, rabieta o despecho, como su sucesor. En una época en que hace falta brújula, pues las cartas de navegación parecen haber periclitado ahogadas por una crisis global sin fecha de caducidad. Por esto y más, el ejercicio comprometido de López Obrador mantiene su valor y pertinencia política y cultural. Debería ser punto de partida para las nuevas convocatorias a la renovación de la política y la democracia misma. Que vaya que lo requieren.
Rolando Cordera Campos Economista y profesor emérito de la UNAM.

2005
El desafuero a AMLO
En el partido de la derecha fue determinante su "mano izquierda" para alcanzar la victoria. Adolescente, en su casa de Morelia conoció los escritos de Manuel Gómez Morin, pero leyó a Emilio Salgari. Estudió derecho, pero no perdió de vista la economía. Disfrutó las corundas michoacanas, pero no quitó el ojo de Davos. Se inspiró en los corridos de la epopeya cristera, pero no fue devoto de la Iglesia. Sabía hacer engrudo para pegar propaganda, y además, introdujo las primeras encuestas a su partido. Cantaba con los jóvenes trova cubana, pero trataba con los más conservadores del partido. Escaló por el Poder Legislativo la cumbre del Poder Ejecutivo. Era técnico y rudo. Su padre y su maestro se convirtieron en apoyo y conciencia ausentes, Luis Calderón y Carlos Castillo Peraza. Reformó con astucia los estatutos del partido para compensar sus desventajas. Recorrió cientos de veces el país con la convicción y la certeza de que la silla presidencial era suya. Enfrentó a Fox. Noqueó al PRI y, finalmente, su tozudez venció a la de López Obrador.
En una palabra, apostó por sí mismo y ganó. Tenía tatuado en su ánimo el Palacio Nacional. No confió en nadie. Ningún panista tuvo tanta fe en sí mismo. Esta portada es del día del triunfo en el PAN. Faltaba la contienda externa que también ganó, con la misma "mano izquierda".
Germán Martínez Ex representante del PAN ante el IFE.

Calderón da el 'campanazo'
En 2004 se preveía que el siguiente encuentro de México con las urnas podría completar el ciclo de la transición a la democracia iniciada en el 2000: transferir pacíficamente la presidencia del partido de Estado (PRI) a la derecha democrática (PAN) y luego a la izquierda electoral (PRD). Sin embargo, la decisión de Vicente Fox apoyada por el PAN y el PRI de retirar en 2005 el fuero al único candidato viable de la izquierda al entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador para juzgarle por no haber cumplido a tiempo la suspensión de abrir una calle para facilitar el ingreso a un hospital, tenía como objetivo impedir su registro como candidato presidencial. La maniobra mostró los cortos alcances del cambio democrático: la gran derecha podía tolerar la alternancia PRIPAN pero no el ingreso del PRD de López Obrador a "Los Pinos". Al desafuero lo echó abajo una movilización, pero el veto siguió y se hizo efectivo en una elección que no convenció. Las consecuencias de ese pasmo del proceso democrático ha sido una regresión cuyos efectos aún no concluyen.
Lorenzo Meyer Historiador.

2006
Una elección complicada
La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca fue un movimiento popular, principalmente urbano, surgido luego del violento desalojo del plantón de maestros de la Sección 22. Corría el año 2006 y faltaba sólo un mes para la elección presidencial. Al grito de "¡ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó!", la APPO un auténtico enjambre de organizaciones de diversas tendencias mostró lo mejor y lo peor de Oaxaca. Sin un liderazgo único y estructurada bajo la lógica del asambleísmo, la APPO fue sinónimo del hartazgo de un sistema político autoritario y corrupto, capitaneado por políticos irresponsables como el entonces gobernador Ulises Ruiz que han mantenido al Estado en los últimos lugares del desarrollo humano. La APPO también mostró la enorme capacidad organizativa de los oaxaqueños, la solidaridad y la creatividad de sus ciudadanos. Los corridos de las barricadas, los programas Radio Cacerola y Radio Plantón difundieron mensajes en los que había mucha denuncia y poco proyecto político. Seis meses de ciudad sitiada no fueron suficientes. Las brigadas de la muerte patrullando en la oscuridad de la noche, la intolerancia de sus propios integrantes en la toma de decisiones y los asesinatos, como el de Brad Will, extinguieron la batalla. La paradoja del chapulín, muy citada en Oaxaca, se hizo presente: los frascos de chapulines no llevan tapa porque el de abajo siempre le jalará las patas al de arriba evitando que alguno pueda escapar brincando.
Lourdes Morales Politóloga.

IFE: el agua al cuello
Hace siete años discutíamos el desempeño de los consejeros electorales. Hoy parece que no aprendimos la lección. Seguimos en lo mismo: la falta de credibilidad de las instituciones electorales; la Cámara de Diputados no puede nombrar a un consejero; el IFE dice que AMLO violó topes de campaña y exonera a Peña Nieto; el Pacto por México, con tufo centralista y cupular, propone crear una sola institución electoral nacional, obvio repartida en cuotas partidarias. La democracia mexicana sumida en su laberinto de soledad, en su dilema de ser o no ser estable y funcional. No necesitamos un IFE cuenta votos, sino que valide procesos políticos y defienda principios constitucionales, que sea un verdadero árbitro y no simple espectador. La democracia norteamericana tuvo en Franklin, Washington, Jefferson, Jay, Madison y Hamilton a su padres fundadores. Y los nuestros, ¿dónde están Puede sonar exagerado, o a añoranza, pero ¿dónde quedaron Woldenberg, Granados Chapa, Merino, Cárdenas, Peschard y Cantú Contar con instituciones de solvencia moral, prestigio profesional e imparcialidad política se convierte en imperativo para el funcionamiento de la República. Dar viabilidad a la democracia mexicana pasa por recobrar el prestigio del IFE.
Horacio Duarte Olivares Ex representante de la Coalición por el Bien de Todos ante el IFE.

El conflicto de la APPO
Si Andrés Manuel López Obrador hubiera ganado aquella elección presidencial, la confianza del sistema electoral se habría fortalecido, igual que ocurre siempre que gana un candidato opositor, en México y el mundo. Pero ello no habría eliminado el mayor obstáculo para consolidar la democracia electoral: contar con reglas del juego justas y eficaces que sean acatadas sin excepción por los partidos y candidatos. El conflicto postelectoral de aquel año dio lugar a una reforma en 2007 que tuvo algunos aciertos, pero que saturó al sistema de prohibiciones que sólo han generado más litigios sin resolver problemas de fondo, como el costo creciente de las campañas y un sistema de financiamiento paralelo e ilegal.
La elección de 2012 fue también impugnada, aunque por razones diferentes, y ahora caminamos nuevamente a otra reforma electoral. La ilusión: que más castigos ahora sí cambien los malos hábitos. Lo realista: no hay ley perfecta que resista la escasa cultura de la legalidad de partidos y candidatos. Lo deseable: desregular el sistema y establecer pocas reglas que ataquen problemas de fondo. La condición necesaria: que haya castigo "político" para aquellos candidatos y actores que, aceptando las reglas por incompletas que sean, no acaten los resultados.
Luis Carlos Ugalde Ex consejero presidente del IFE.

2007
La 'guerra' de Calderón
Montar una guerra es difícil. Desmontarla es más complicado. El gobierno de Felipe Calderón le declaró la guerra a los cárteles que realizan el comercio de drogas a fines de 2006. Dos eran los propósitos: el primero era destruir su poder como grupos armados organizados y el segundo detener el comercio de drogas hacia Estados Unidos. El primer objetivo se alcanzó a medias: de los 38 líderes detectados en ese momento, 27 de ellos están encarcelados, extraditados o murieron "en combate". El segundo objetivo está intacto y los enervantes siguen entrando y saliendo del país casi sin obstáculos. La cocaína proveniente de los Andes; la marihuana y heroína sinaloense; y las metanfetaminas, cuyos precursores provienen de Asia, ingresan a México y se desparraman por todo el norte para exportarse de forma ilegal a sus consumidores.
Esta estrategia militarizó al país; aumentaron los homicidios a casi el triple de los sucedidos en 2006 (de 8 por cada 100 mil habitantes a 24), sumando para el sexenio alrededor de 120 mil; se incrementaron las violaciones a los derechos humanos y hay una nueva generación de víctimas que México no veía con anterioridad: civiles inocentes caídos bajo las balas criminales o gubernamentales y casi 30 mil desaparecidos que nadie logra identificar. En lo político y territorial, el "gobierno" y sus fuerzas han perdido el control de numerosos territorios rurales y urbanos, principalmente en el norte.
¿Cómo desmontar dicha guerra El dilema es que el Estado recupere los espacios perdidos sin que salgan ganando los narcos, y que estos pierdan la base social en la que se sostienen. El gobierno de Enrique Peña Nieto plantea dos ejes de acción para lograr lo anterior: montar un nuevo cuerpo policiacomilitar, la Gendarmería; e impulsar una ambiciosa política de prevención y reducción de la violencia empleando el esfuerzo integral del gobierno en todas sus estructuras, no sólo las policiacas, de inteligencia y militares. Todos esperamos el éxito de este esfuerzo, de lo contrario, los seis años de "guerra" habrán sido en balde y las cicatrices serán muy difíciles de borrar.
Raúl Benítez Manaut Investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte/UNAM y presidente del Casede.

La sobreexposición
Luego de poco más de nueve años de combate al narcotráfico (desde la aplicación del Plan México Seguro), las Fuerzas Armadas han participado de forma intensa y extensa, como el principal recurso del Estado mexicano para confrontar y someter a la criminalidad organizada.
Las condiciones jurídicas y presupuestales aunque éstas han mejorado han puesto en evidencia la demora con la que el Poder Legislativo y algunas áreas de la administración pública han respondido al compromiso que los militares han hecho con el país.
Así, la exigencia de una mejor y eficiente cobertura desde el poder civil aumenta conforme se prolonga, por diversas circunstancias, la capacidad destructiva del crimen organizado en algunas partes de la República.
Es muy probable que los militares sigan siendo la principal fuerza y apoyo del Estado para recuperar la paz social. Es momento de atender ese faltante político y administrativo.
Javier Oliva Posada Profesor investigador de la FCPyS de la UNAM.

Calderón asalta el PAN
Estas dos portadas abren y cierran el año en que Felipe Calderón desató funestos procesos que tienen al PAN en su más severa crisis: fuera de la Presidencia de la República, con un famélico número de militantes que pone en riesgo su legalidad como partido nacional, repudiado por la ciudadanía y con sus dirigentes sumidos en el desprestigio.
Siempre estaré orgulloso de haber brindado al PAN las mayores victorias de su historia. Pero si triunfamos como nadie pudo antes y como nadie ha podido después fue porque no teníamos como tesis el "haiga sido como haiga sido", sino "la congruencia da resultados". Esto no es una apreciación subjetiva, pues la fría estadística lo afirma.
El tiempo probó que tuve razón al advertir que si el partido que fue el más limpio y democrático de la historia no corregía las prácticas a las que le obligó Calderón, terminaría como hoy está: dependiendo de que el gobierno lo cobije y muy lejos de que la sociedad le vuelva a dar un voto de confianza. Hubo quienes ignoraron dicha advertencia y se allanaron ante el sabotaje de Calderón, del cual ahora todo México ve las consecuencias.
Manuel Espino Ex presidente nacional del PAN.

Inundaciones en Tabasco: una lección dolorosamente aprendida
En 1999 Tabasco padeció la primera gran inundación de un nuevo ciclo de desbordamiento de las aguas que escurren por nuestro territorio. Posteriormente, en el año 2007, se registró otra grave inundación que dañó especialmente a Villahermosa. Del 2008 al 2011 la entidad sufrió en forma recurrente los estragos por el descontrol de varios de los ríos que la atraviesan. Si bien a través de los denominados, sucesivamente, Programa Integral de Control de Inundaciones (PICI) y Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT) se han registrado algunos avances, todavía falta mucho por hacer.
Los siniestros de la naturaleza que han golpeado a Tabasco han hecho aflorar problemas tanto de manejo de las presas en la cuenca Mezcalapa Grijalva como del desorden en el uso del suelo y de insuficiencias y deficiencias en las capacidades técnicas y administrativas de las instituciones responsables del manejo del agua.
Desde que asumí el cargo de gobernador propuse varias líneas de acción:
El establecimiento de un auténtico programa integral para el manejo del agua. Replantear a fondo el trabajo de la Conagua en el estado para que nunca más haya, en materia de protección contra las inundaciones, ciudadanos de primera y de segunda. Cumplir las recomendaciones de la CNDH en lo que tiene que ver con protección civil y el reordenamiento urbano y territorial.
Permanecer atentos al manejo de las presas participando activamente en la instancia establecida para ello. Insistir ante la CFE en el reclamo de todos los sectores sociales de Tabasco para revisar adeudos y fijar tarifas preferenciales.
Arturo Núñez Jiménez Gobernador de Tabasco.

2008
La tortuosa reforma del crudo La reforma energética de 2008 trascendió y tuvo impactos muy importantes en diversas áreas así como insuficiencias en otras. Políticamente fue la reforma más debatida, a fondo, con pluralidad absoluta de la LX y LXI legislaturas. En lo social contribuyó a que los mexicanos conocieran más de un tema muy importante para el país. En lo energético contribuyó a detener la caída de la producción petrolera que estaba en franco y acelerado deterioro. Caminó por el camino correcto, aunque no dio todos los pasos necesarios.
Logró reducir la carga fiscal de Pemex permitiéndole invertir más. Creó la Comisión Nacional de Hidrocarburos, un sistema para impulsar la investigación tecnológica en energía y la formación de profesionales. Creó una nueva forma de realizar los contratos, reduciendo los vicios del contratismo y un tratamiento fiscal especial para los campos maduros a fin de impulsar la producción petrolera.
Algunas de sus limitantes son intrínsecas y otras fueron decisiones de gobierno. Ejemplos: los derechos petroleros se redujeron al 71 por ciento del valor de la producción, pero el gobierno no aceptó deducir los costos reales. Se creó la CNH como instrumento técnico para regular a Pemex y para su funcionamiento se destinaron 300 millones de pesos; pero el gobierno nunca se los dio. Del fondo para impulsar la tecnología se usó menos del 10 por ciento. Se buscó crear un gobierno corporativo, igual que existe en Petrobras o Statoil. Se acabó creando sólo los consejeros profesionales, cuyos nombramientos se partidizaron.
Se usaron muy poco los contratos incentivados y la explotación de los campos maduros, que tienen un gran potencial.
Francisco Labastida Ochoa Senador de la República (LX y LXI Legislaturas).
Impactos privatizadores de la reforma energética
El modelo privatizador y desnacionalizador de la "reforma energética" de 2008 se resume en tres elementos: 1) Privatización de los objetivos de la industria energética nacional; 2) Privatización de sus estructuras; y, 3) Privatización de los instrumentos de operación.
Los objetivos de la industria petrolera nacional, violando la Constitución, se privatizaron: las reformas asignaron a Pemex y a los nuevos organismos creados, características corporativas, de empresa privada. Se diluyó el carácter público de Pemex, homologando sus objetivos y la de todos los organismos del sector a los de las empresas privadas, con visiones de corto plazo, cuya finalidad principal es extraer y vender petróleo con la mayor rapidez posible para "maximizar la ganancia", en lugar de que Pemex mantuviera su naturaleza de empresa pública.
En síntesis, la reforma de 2008, significó un paso más en la demolición de los mandatos de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, que establecen que la nación es la propietaria de los hidrocarburos, que éstos en exclusiva deben ser explotados por el Estado a través de sus organismos públicos. Esta demolición programada se ejemplifica por afirmaciones recientes de analistas en energía, cercanos al gobierno de Estados Unidos, como Joseph M. Dukert, que en la Woodrow Wilson señaló: "...el movimiento hacia la implementación de una cooperación energética de Norteamérica es como una escalera, podemos avanzar un poco, pero una vez que lo hacemos, es imposible regresarnos". Así, sistemáticamente, se va penetrando en el control de los recursos energéticos para eliminar los niveles de independencia de nuestro país y subordinarnos a una política energética hegemónica. Enrique Peña Nieto se propone, en acuerdo con Estados Unidos, concluir este proceso a través de una reforma constitucional.
Manuel Bartlett Díaz Senador de la República (legislaturas LVIIILIX y LXIILXII).

'Quiero ser un candidato como Obama'
Ésa se convirtió en la exigencia de muchos políticos mexicanos a sus consultores y asesores luego de presenciar muchas veces sin entender la campaña presidencial de Estados Unidos en el 2008. Ser un candidato como Obama significaba ser diferente: sofisticado pero cercano a la gente; inspirador en los discursos, audaz con las herramientas de marketing político, financiado por un aparato gigantesco de pequeñas donaciones y con uso intensivo de redes sociales y nuevas tecnologías.
Se equivocaron. La de Obama no fue una estrategia ni un asunto de voluntad. Fue la capacidad de narrar, con gran elocuencia y estilo, la historia del momento que vivían los norteamericanos en 2008: la necesidad de cambiar el rumbo económico, recuperar la esperanza, sanar heridas internas y reinventar su posición central en el mundo. Fueron esas ideas no su ausente plan de gobierno lo que transformó a la candidatura de Obama de una organización partidista y electoral en un movimiento ciudadano que reunió a nuevas mayorías. Ésa es, quizás, la gran contribución de la campaña de Obama en 2008: poner en el centro de las vacías y mediatizadas contiendas electorales ideas poderosas a las que, como dice Víctor Hugo, les había llegado su tiempo.
Zoé Robledo. Analista político.



2009
La crisis de la Influenza
En abril de 2009, México se estremeció al darse a conocer la presencia de un virus desconocido. De inmediato, la comunidad científica internacional señaló que podía ser el brote de gripe aviar que los expertos esperaban desde hacía algunos años: un virus con el potencial de provocarle la muerte a una de cada dos personas contagiadas. Bajo este escenario, se declaró una alerta epidemiológica que implicó la suspensión de numerosas actividades en todo el país y la adopción de medidas de higiene para evitar contagios. Asimismo, se puso en marcha una política de comunicación para sensibilizar a la población de la importancia de acudir al médico y no automedicarse. Gracias a estas medidas, el brote de lo que después se denominó pandemia AH1N1 disminuyó en un par de semanas y se logró mantener bajo control.
A pesar de la crítica de que las autoridades sobrerreaccionaron, ocasionando un deterioro económico, se ha documentado que las medidas fueron las adecuadas e incluso motivaron reconocimientos de la comunidad internacional.
Destacan dos grandes lecciones. La primera, es la enorme capacidad de reacción de la sociedad: millones de mexicanos adoptaron medidas para evitar contagios, como el estornudar correctamente y el adecuado lavado de manos. La segunda, el fortalecimiento de la capacidad de vigilancia epidemiológica y reacción ante contingencias del sector salud. Hoy México cuenta con mejores armas para enfrentar los retos que nos depare el futuro. La epidemia nos dio lecciones y nos hizo más fuertes.
Daniel Karam Ex director del IMSS.

Voto nulo: protesta efectiva
En 2009 la noticia de que el voto nulo había alcanzado un millón 300 mil sufragios nos sorprendió hasta a los propios promotores. En el Distrito Federal ocupó el cuarto lugar y en Jalisco el tercero. A pesar de las críticas por la sobrerrepresentación que ocasionaba para partidos que llevaban ventaja, es innegable que, a partir de esta desaprobación al sistema privilegiado de partidos, se fortalecieron movimientos y organizaciones que hoy impulsan la ampliación de derechos políticos para los ciudadanos. Se conformó la entonces llamada Asamblea Nacional Ciudadana para empujar una reforma política que tenía como bandera tres aspiraciones: democracia participativa, transparencia y rendición de cuentas en todos los ámbitos electorales (la reelección y la revocación de mandato como una herramienta de contrapeso), así como reducción de recursos para partidos. Hasta ahora hay resultados reflejados en la Constitución que incorporan mecanismos de participación ciudadana a nivel federal: Consulta Popular, Candidaturas Independientes e Iniciativa Ciudadana. Pero quedaron en el tintero transformaciones indispensables. La protesta del voto nulo no bajó la guardia en 2012, y superó los votos obtenidos por Gabriel Quadri, candidato del Panal a la Presidencia de la República. Ciudadanos y grupos de la sociedad civil siguen luchando porque los cambios sucedan, no sólo con protestas pacíficas y creativas, sino con propuestas que plantean a detalle cómo deben regularse los cambios obtenidos y los que están por venir.
Maite Azuela Analista política y activista social.

2010
Bicentenario: sombrío y desangelado
La victoria alada, o el ángel como le solemos decir en nuestra cultura androcéntrica y religiosa, luce desolada. Faltaba un año para la celebración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución y todavía no se tenía claro qué se iba a hacer. Había habido diversos encargados de coordinar los festejos y varios programas, sin que se concretara nada. Finalmente unos monigotes desfilaron frente a Palacio Nacional la noche del 16 de septiembre y se construyó, con enorme demora, un cuestionado arco vertical, que costó lo que un rascacielos. Son los símbolos de un estruendoso fracaso que nadie deseaba. Si tan sólo se hubiera construido un edificio para albergar con seguridad y dignidad el patrimonio documental de México, que sigue aprisionado en el palacio negro de Lecumberri, la celebración no habría sido fallida y desangelada.
Don Porfirio aparecía resplandeciente durante las apoteósicas fiestas del Centenario de la Independencia que trajeron a México 32 delegaciones de las principales potencias del mundo. La dictadura del orden y progreso, con poca política y mucha administración, tuvo a tiempo obras de infraestructura y monumentos conmemorativos que hoy son referentes en el paisaje urbano del país. Pero no todo fue felicidad. Los indígenas no pudieron disfrutar las fiestas porque se les prohibió caminar por el Paseo de la Reforma para no afear el panorama a los visitantes extranjeros. Para impresionar a las elegantes delegaciones extranjeras hubo lujosas cenas y bailes, y un garden party en Chapultepec. Poco duraría el gusto: el 20 de noviembre estalló la Revolución y en mayo siguiente don Porfirio saldría a un exilio del que nunca regresó. El Bicentenario contrastó con el escenario porfiriano porque sólo nos dejó un monumento del que nadie pude sentirse orgulloso; pero coincidió en que México sigue sin remediar la pobreza.
La victoria alada, enjaulada, muestra las vicisitudes de la vida nacional a 200 años de haber iniciado la lucha insurgente, aprisionada por la pobreza, la mala distribución de la riqueza, los monopolios y la falta de crecimiento. Nos recuerda que la independencia no se da de una vez y para siempre, sino que por ella se debe luchar siempre. Sabemos que en un mundo globalizado hay interdependencia entre los diversos países, pero la independencia alimentaria es esencial para cualquier nación. Además de la inequidad social, la situación en 2010 no fue propicia para estar de fiesta, sino más bien de luto. El pueblo mexicano, como su ángel, estaba aprisionado entre la inseguridad y la muerte, entre la pobreza y el miedo.
Patricia Galeana Historiadora.

Bicentenario: aciertos y errores
Para poder evaluar las conmemoraciones históricas del 2010, lo que se hizo y lo que no se hizo, debemos ir más allá del asunto de la llamada "Estela de Luz". Rechazo sus oscuridades administrativas y su falta total de contenido histórico. Sobre todo esto último: algún día se purgarán o caducarán los delitos y faltas administrativas a que dio lugar, pero nunca podremos identificarla con nuestras efemérides históricas, pues carece de cualquier signo o alusión al respecto.
Dos lecciones y un reto nos dejaron los aciertos y errores del 2010: debemos preparar debidamente la ya próxima conmemoración del 2017, para que se haga buena difusión sobre qué es y cómo se hizo nuestra Constitución; en caso de que se insista en hacer una obra de arquitectura cívica, ésta debe tener un claro contenido histórico (sugiero una estatua sencilla y digna de Venustiano Carranza en las proximidades de la Cámara de Diputados, pero no en su interior); que la conmemoración sea otra vez crítica y plural, democrática, sin solemnidades ni apropiaciones históricas con fines políticos.
Veo con enorme preocupación la propuesta de algunos intelectuales y dirigentes de movimientos de la "sociedad civil" para que la Estela de Luz sea convertida en un homenaje "a los 70 mil muertos". Cuidado: sabemos que la inmensa mayoría de éstos murieron por enfrentamientos entre bandas rivales del crimen organizado. Los muertos provenientes de los diferentes cuerpos militares y policiales alcanzan una cifra ya apreciable pero todavía muy minoritaria. Lo mismo puede decirse de las dolorosísimas e inaceptables "muertes colaterales". Pero cuidado: sería un homenaje a gente que mayoritariamente murió en acciones delictivas. Sería gravísimo pasar de un edificio marcado por la corrupción y la falta de significado, a uno definido por la irracionalidad histórica, la aberración moral y la total desorientación política.
Javier Garciadiego Dantan Presidente de El Colegio de México.

2011
Redes sociales y activismo social
Con el paso del tiempo las redes sociales han demostrado lo que prometían: reducir los costos de comunicarnos en público. Hoy son pocas las manifestaciones o protestas que no tocan en algún momento a las redes sociales. Aunque es más barato que nunca mover información, no por sí sola produce movilización. Vuelvo a ver el papel que éstas tuvieron durante la elección presidencial, y me sorprendo una vez más de cómo nadie pudo haber imaginado esas protestas masivas y descentralizadas un par de años antes. Las movilizaciones políticas previas al #YoSoy132, basadas en redes sociales, en retrospectiva parecen menores frente a lo que esta movilización significó. Pensándolo bien, el #YoSoy132 sólo nos mostró el tamaño de la puerta. Por ahí cabe mucho más. Un día parecerá menor. Estoy seguro de que ahora no podemos imaginar ni los motivos, ni el momento de otra gran movilización en donde la información distribuida por redes sociales juegue un papel fundamental. Sería ingenuo pensar que en nuestro país, con los problemas que siguen existiendo, con los obstáculos cotidianos a la denuncia de injusticias, con la cantidad de gente que encuentra motivos de insatisfacción, las redes sociales no vuelvan a reventar el espacio en donde sucede la discusión pública, para hacerlo más amplio.
Andrés Lajous Analista político.

El fracaso de la 'guerra'
La estrategia de Felipe Calderón contra el crimen organizado fracasó, porque la ruta de la violencia generó dolor y una tragedia humanitaria en la que había violaciones a los derechos humanos agregadas a los crímenes de la delincuencia organizada y del narcotráfico, y eso es lo que no quería asumir el gobierno.
Los Diálogos por la Paz eran algo que el país necesitaba. Haber puesto el dolor, la tragedia humanitaria en el centro de la conciencia del país, la necesidad de asumir el compromiso de Estado frente al crimen porque haber enterrado a las víctimas en la fosa común de la criminalización es un crimen de Estado y la Ley General de Víctimas fueron avances, el problema es que lentamente se fueron traicionando los acuerdos.
Por desgracia no hemos visto justicia: la ruta de la violencia continúa, los muertos siguen, los desaparecidos siguen y la justicia continúa siendo un serio problema en el país, aunque hayamos visibilizado a las víctimas, aunque hayamos construido la Ley de Víctimas y aunque el Estado haya asumido la deuda.
Porque hay que recordar que las víctimas lo que necesitan es justicia. Las madres o padres de desaparecidos necesitan ver a sus hijos, saber qué paso con ellos, y eso es lo que no vimos en la administración pasada, y es lo que no estamos viendo en la actual administración.
Javier Sicilia Poeta, dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

2011 Gobernar, ¿para qué?
El análisis de los distintos momentos de la democracia acceso, ejercicio y rendición de cuentas no deja lugar a dudas sobre la importancia y necesidad de que los ciudadanos tengan conocimiento e información sobre la oferta política y los proyectos de gobierno de los aspirantes a gobernar.
En materia de acceso al poder, la democracia tiene un principio tan simple como indispensable: la posibilidad de que los votantes puedan optar entre dos o más proyectos de gobierno. Sólo conociendo las ofertas políticas y sus diferencias se puede emitir un voto razonado. Votar con conocimiento de causa conduce a la siguiente etapa: observar el cumplimiento del proyecto de gobierno una vez que se ha llegado al cargo y se ejerce el poder. Otra vez, sólo con conocimiento e información, el ciudadano estará en posibilidad de evaluar si el candidato convertido en gobernante ha sido responsable en el cumplimiento de la oferta política. Finalmente, sin este ejercicio de evaluación que parte del conocimiento inicial de los proyectos de gobierno y su grado de cumplimiento es imposible llamar a cuentas al gobernante. La rendición de cuentas que cierra el círculo democrático sólo puede tener lugar si existe el punto de partida de la promesa democrática.
Conocer, pues, los proyectos de gobierno es precondición de la democracia y también de su calidad. La cadena causal es clara: el conocimiento de los proyectos alternativos da sentido al ejercicio democrático, es punto de partida para evaluar el desempeño de quienes ejercen el poder y condición necesaria para llamarlos a cuentas.
María Amparo Casar Politóloga del Centro de Investigación y Docencia Económicas.

2012
#YoSoy132: la irrupción
Emergió en un momento en que nadie lo esperaba, pues la resignación era la marca impresa en la ciudadanía; hasta el cansancio los "formadores" de opinión pública nos atosigaban, en sus artículos y columnas, sobre el inminente regreso del PRI; pasaban las semanas y las encuestas seguían inamovibles.
Y de repente, como brisa fresca, la rebeldía salió a la calle desde el lugar menos pensado, y logró de forma vertiginosa, en un brevísimo tiempo, lo que la lucha social en general pocas veces tuvo: la atención de los grandes medios de comunicación y, encima, sobrevivir durante el periodo electoral.
Con ello tuvo la capacidad de darse un quién vive con las fuerzas políticas de este país. Pudo combatir a la maquinaria de Estado, al rancio corporativismo, a la frivolidad general de la clase política. En tan sólo dos meses contrajo las cifras electorales.
Pero fue más allá, en un momento en que en este país ser joven era un sinónimo de apatía e inacción, con los "juvenicidios" en creciente aumento, el desempleo empujando a miles al desplazamiento económico, a vivir eternamente de becas si se tiene suerte, recurrir a la informalidad o de plano ser carne de cañón de la violencia.
Fue esa juventud la que provocó un sismo en el corazón de miles, propagó la semilla de que es posible dejar atrás nuestra condición de sombra borrosa de la vida pública y que nuestros sueños pueden incidir, ser posibilidades de cambio. Ese es el verdadero logro del #YoSoy132, más allá de debates, conciertos o marchas multitudinarias.
No impidió la llegada del PRI a Los Pinos, pero le hicimos ver a la clase gobernante su vulnerabilidad.
Gisela Martínez Estudiante de la Universidad Iberoamericana.

PRI: regreso y Pacto
Doce años de fracasos no dejaban mucho margen de opción a los electores. De la ilusión por un cambio que implicara una nueva forma de ejercer el poder se pasó al desengaño. La corrupción no amainó y, en contraste, la ineptitud sí aumentó. La decisión de regresarle el poder al PRI la tomó una sociedad en cuyo voto influyó más el hartazgo que la esperanza. El retorno del PRI no equivale a una restauración porque en los dos sexenios pasados la estructura del poder siguió incólume y los estilos políticos tampoco variaron. El personalismo y el patrimonialismo siguieron siendo los ejes del ejercicio del poder. Tampoco habrá restauración en el sentido de que vuelva a haber un partido hegemónico. Tendría que producirse el colapso de la democracia para que desapareciera el pluralismo político en México. Hay otros riesgos; uno de ellos consiste en que el PRI pierda el sentido de la realidad y considere que está de regreso por los méritos propios y no por los errores ajenos.
México es un país institucionalmente estancado. El nuevo gobierno arrancó con un pacto promisorio. Sin embargo, para comprometer a todas las fuerzas políticas y para protegerlo de las vicisitudes de la política cotidiana, el Pacto por México debió ser sometido a la deliberación y aprobación del Congreso. No se hizo y eso lo dejó como un entendimiento volátil. En tanto que es un acuerdo sólo entre dirigentes, que no se institucionalizó, está expuesto a seguir la suerte de sus suscriptores. No todos ellos permanecerán necesariamente durante seis años en el control de sus respectivos aparatos de poder. Cuando los liderazgos cambien, los nuevos actores podrían renegociar posiciones y condiciones. Por eso la opción más recomendable es acelerar el paso y consolidar uno de los cambios previstos por el Pacto: un sistema que institucionalice las coaliciones de gobierno. El Pacto contiene las claves de su futuro; sería una paradoja que sus propios autores no las descifraran a tiempo.
Diego Valadés Académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.