Septiembre en Chiapas

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miércoles, 12 de febrero de 2014

EL SENADO, LOS LIBROS Y LA LECTURA



Zoé Robledo*

Para hacer más eficiente y ágil, el trabajo legislativo se distribuye en comisiones, esto es válido tanto en la Cámara de Senadores, la de Diputados y en los Congresos Estatales de cada entidad federativa, incluida la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. El objetivo principal, en la mayoría de los casos es organizar las tareas legislativas y dictaminar cada comisión en los temas de su competencia, realizando un trabajo especializado. Digo en su mayoría porque existen comisiones legislativas cuya naturaleza es distinta, ya sea de vinculación, de estudio o de promoción de un tema o un territorio específico. Baste recordar la Comisión de Concordia y Pacificación, bicameral por cierto.

En el caso del Senado de la República las Comisiones Especiales no tienen atribución de dictaminación y en el caso de las Comisiones Ordinarias, hay una que tiene características particulares, cuya naturaleza la hace un tanto cuanto distinta al resto. Esta es la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales (CBAE) que tengo el honor de presidir.

Esta Comisión ordinaria, además de la elaboración de dictámenes, informes, opiniones o resoluciones de los asuntos que se le turnan, tiene como tarea fundamental impulsar la publicación de material bibliográfico en materia legislativa y parlamentaria, así como de aquellos temas de interés general pero además, nos hemos propuesto desde el inicio de esta legislatura, ir más a fondo en el tema de los libros y tocar el fondo de este asunto, involucrándonos también en el fomento a la lectura.

Las actividades realizadas por la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales a lo largo del último año legislativo requieren de análisis en términos cuantitativos pero también cualitativos. Sus resultados en ambos planos están a la vista:

El año pasado, como paso inicial de esta estrategia, me permití presentar una propuesta para modificación de los objetivos de la CBAE, para convertirla en Comisión de Bibliotecas, Editorial y Fomento a la Lectura, argumentando para ello que es necesario transformar la manera en que, como país y como sociedad nos vinculamos a los libros, y haciendo del fomento a la lectura el objetivo central de esta comisión.
Algunas semanas después presenté una propuesta de modificación a la Ley General para el libro y la lectura a fin de:

Establecer en la ley la definición integral, amplia y contemporánea de los conceptos Fomento a la Lectura y Leer, además de señalar los términos Libro Electrónico, entendido como aquel que se descarga y se lee en cualquier dispositivo y el Libro Virtual, entendido como cualquier material bibliográfico consultado en línea y vinculado a bases electrónicas remotas.

Garantizar que en cada municipio o delegación del país exista al menos una biblioteca o centro de fomento a la lectura dotado de materiales suficientes en todas sus modalidades y con personal profesional capacitado en materia no necesariamente de libros pero sí de fomento a la lectura.

Y por último generar un reordenamiento de los conceptos, revalorizando la importancia del fomento a la lectura-hábito en todas sus modalidades, como ejercicio que redunda en un mayor consumo de libros entre los mexicanos.

Adicionalmente, como lo comenté en una columna anterior, la CBAE publicó una decena de materiales que a continuación enlisto:

En coedición con la editorial Miguel Ángel Porrúa, se publicó el libro de don Ignacio López Rayón, titulado Elementos de la Constitución, que es uno de los primeros referentes en la historia constitucional de nuestro país. Se considera un libro fundacional para la evolución de la Carta Magna Mexicana.
Con Editorial Taurus publicamos una edición facsimilar de enorme importancia, la primera edición en español, traducida directamente de uno de los primeros ejemplares originales que se encuentra en el Museo Nacional de Florencia, misma que viene acompañada por ensayos introductorios de la autoría del Senador Raúl Cervantes, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, del Dr. Jorge Islas, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM y, así como de los doctores Maurizio Viroli, académico italiano, especialista en la biografía del canciller florentino y autor del exitoso libro “La sonrisa de Maquiavelo”, además del Doctor Giovanni Sartori, uno de los teóricos de la ciencia política más importantes del Siglo XX.

En coedición con la Universidad Autónoma de Chiapas y el CONECULTA Chiapas se publicó la Biografía del Dr. Belisario Domínguez, de don  Ángel María Corzo, un texto decisivo para conocer la historia del prócer chiapaneco, ya que el maestro Corzo tuvo contacto con algunos testigos directos de la vida del Doctor Domínguez.
Otras coediciones fueron con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la Introducción al derecho parlamentario estatal, de Efrén Chávez Hernández. Actus, sertas, census. Datos para la plateación estratégica, de varios autores, bajo la coordinación de Luis E. Woldenberg Karakovsky, un material elaborado en coordinación con NODO. Investigaciones Estratégicas.  Se hizo la edición de Desarrollo regional. Dunas costeras y humedales, coordinado por Francisco Alcocer y Marta Moctezuma, de la organización ambientalista “Los Cabos Coastkeeper, A.C.”.

De la misma manera, se publicó el libro de Julián Hernández Abacuc, cuyo título es El Senado de la República y la desaparición de poderes en el régimen de Lázaro Cárdenas, en coedición con Plaza y Valdes; este texto inédito es el resultado de una investigación a fondo sobre un tema que no ha sido examinado en el escenario académico o político. Ética para servidores públicos, de Oscar Diego Bautista. El desplazamiento interno forzado en México, de Oscar Torres, en coedición con CIESAS, El Colegio de Sonora y CONAPRED.

Derecho parlamentario orgánico, de Ángel Eraña, en coedición con Editorial Porrúa. Memoria del Seminario del Bicentenario de la Constitución de Cádiz, de José María Serna y Daniel Barceló y en coedición con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Esta es tan solo una parte de la tarea realizada. Los únicos dictámenes pendientes en la CBAE son justamente las propuestas que he realizado y que señalé líneas arriba. Sin embargo al solo contar actualmente con dos integrantes la comisión, me parece impropio dictaminar mis propias iniciativas sin el concurso de por lo menos dos o más senadores adicionales que pertenezcan a ésta.
Por fortuna la transparencia se está ampliando en nuestras instituciones públicas, incluido el Senado de la República, por lo que los reportes, actividades e informes de las distintas comisiones legislativas son públicos para quien quiera consultarlos y contar con información de primera mano.


* El autor es Senador por Chiapas y Presidente de la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales.