Septiembre en Chiapas

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miércoles, 30 de julio de 2014

LAS FORMAS DE LA REFORMA





Zoé Robledo*
30 de julio de 2014

Se acabó…por ahora.

La reforma en la legislación energética prácticamente está aprobada. Se impuso la mayoría, lo que no implica necesariamente que predominó en todo momento la razón ni nada parecido. Sin embargo, así es la democracia y debemos aceptar de manera republicana sus resultados. Al terminar el debate, por ahora, entraremos a una nueva fase en el tratamiento del asunto de la soberanía nacional sobre los energéticos. La exigencia nacional de soberanía, como lo apuntara un cronista mexicano del beisbol: “no se acaba hasta que se acaba”.

La democracia tiene un atractivo esencial: permite a las minorías convertirse en mayorías y a las mayorías las obliga a cuidarse, so pena de convertirse en fuerzas minoritarias por la acción pensada de los electores. Se pierde en la democracia, pero también puede ganarse y, por eso mismo, decimos que el asunto solamente se ha acabado momentáneamente. Ya vendrán nuevas oportunidades para revertir las reformas que han afectado de manera negativa a la soberanía nacional.

Los debates fueron ríspidos y en general, fue un diálogo con interlocutores que no quisieron serlo. El proceso en su conjunto fue amañado, primero con las fechas para que coincidieran con el campeonato mundial de futbol y posteriormente con una serie de medidas violatorias de la normatividad vigente en el Congreso.  Muchas de ellas, anulatorias de los derechos de los legisladores al debate hasta que los asuntos queden claros. Hubo un simulacro de debate público, porque se hizo en el aislamiento, en lo oscurito, lejos de los medios masivos de comunicación que, por la importancia de los temas, debieron haber sido encadenados para transmitir todo el debate. También para dar voz e imagen a los legisladores, sin excepción alguna y en igualdad de condiciones en cuanto a tiempo y horarios.

Triunfaron las fracciones del Congreso que traían la consigna más que los argumentos. Fue el voto de una mayoría armada alrededor de los intereses políticos, cuestionables o no, y no en torno a propuestas relacionadas con el interés de la Nación. Triunfaron las razones de Estado, de un Estado muy particular, sobre las razones de la Nación, que son dos entidades muy distintas. Por lo demás, el Estado pareció involucionar hacia formas personalizadas de mandato. El Presidente concentró decisiones, en tanto que la sociedad mexicana vio colapsar parte de su soberanía.

Los partidos realmente opositores, los de izquierda, argumentaron con profundidad y con decisión, pero sus argumentos solamente se hicieron valer de manera moral, porque las decisiones ya habían sido definidas. Fue una oposición testimonial en diversos planos, pero queda como el antecedente y el sustento para futuras acciones. La sociedad que no fue lo suficientemente representada tendrá ahora la palabra y la acción.

Volveremos a defender los intereses del país en el Senado y en la Cámara de Diputados. Se mantendrá y fortalecerá la atención hacia las decisiones que en el futuro se tomen en relación con los energéticos en el país.  Si no se puede evitar la salvaje apertura, que constituye un despojo, al menos se debe reducir en sus dimensiones o, por lo menos, hacer una denuncia puntual y enérgica. La defensa de los intereses de la República debe mantenerse en todas las instancias legislativas.
Por supuesto, que esta decisión no es suficiente.  En ese orden, los legisladores y todos los mexicanos partidarios del interés nacional debemos promover una cada vez mayor participación de los ciudadanos.  En julio de 2015 habrá elecciones en el país y será una oportunidad decisiva para dar marcha atrás en lo que debe anularse de las reformas recientemente aprobadas. Necesitamos convertir las elecciones llamadas intermedias en un evento de referéndum, en donde los mexicanos expresen su voluntad sobre cómo y quién debe manejar las decisiones sobre los asuntos esenciales de la Nación: Para eso hemos propuesto se realice la Consulta Popular en materia energética.

Es difícil saber quiénes fueron los ganadores, si los hubo, en estos eventos legislativos. Seguramente los ganadores están en lugares oscuros o lejos del suelo nacional.  Tal vez estén haciendo una fiesta, pero agazapados. Tal vez todavía no celebran, porque tienen temor al nacionalismo mexicano que pueda reconducir el rumbo del país mediante la consulta popular.

Al día de hoy lo que es seguro es que perdió la Nación, porque la potestad sobre los energéticos se redujo a la administración de contratos, se redujo a una soberanía del contratismo.  Perdió el Poder Legislativo, porque no pudo mantener su independencia.

Al cambiar el estatuto de PEMEX y de la CFE, el Congreso pierde el control democrático sobre estas instituciones.  El Poder Judicial ve diezmado su ámbito de acción, porque los asuntos más importantes relacionados con los energéticos irán a arbitrajes internacionales, pero el camino es largo y apenas inicia. 

Es posible, desde la izquierda, dar la batalla, a través del apoyo a la consulta popular pero además, mediante la exposición de razones y argumentos técnicos, dejando en claro que somos oposición pero que también hay conocimiento, propuesta y argumento.

Pierden los mexicanos, cuando su propiedad, su identidad y su orgullo pasen a ser espacios para que se exploten o pasen por ahí los transportes de combustible y las redes de transmisión de electricidad. Alguien más perdió la dignidad cuando apostó su posición legislativa y olvidó que no se puede apostar lo que no se tiene. Una silla en el Congreso no es un patrimonio particular: es la representación de muchos mexicanos y debe mantenerse con toda la dignidad posible.

Con esta Reforma no se ve por donde gane la Nación, perdimos todos, o casi todos, pero esto no se acaba hasta que se acaba. Y la historia nacional continúa.


* El autor es Senador por Chiapas por el PRD.

miércoles, 16 de julio de 2014

Procedimientos vergonzosos. Senadores vergonzantes **



Zoé Robledo*
16 de junio de 2014

Con profunda tristeza y con un profundo coraje, atestiguamos el día de ayer como la ignominia se instaló en el Senado de la República.

La dupla perversa PRI-PAN impuso un procedimiento a todas luces irregular, atropellado mañoso. Así lo iniciaron, así lo han implementado y así quedará escrito.
Este procedimiento va a ser recordado por su discusión irregular, va a ser recordado como el momento de la oportunidad para contrastar dos modelos de país que el PRI y el PAN decidieron omitir y así manchar el prestigio del Senado de la República.

Es en verdad inconcebible lo que el Poder Legislativo y el país han vivido en estos días.

Es inconcebible el mensaje que se ha enviado a la sociedad. Discusiones en la sombra, métodos acomodados a intereses y a cálculos políticos, cambios frecuentes y ajenos al reglamento, y de los que fuimos perdiendo la noción porque a cada momento se le agregaban más, imponiendo en todo momento su fuerza quienes poseen la  mayoría numérica, pero evadiendo en todo momento la argumentación y la exposición de razones:

Con su comportamiento en el trabajo en comisiones, los senadores del PRI y el PAN demostraron no saber para qué sirve una mayoría, además de reconocer tácitamente que saben que su reforma no es popular y no le conviene a nuestro país.
Si se sienten tan orgullosos, ¿por qué no dieron un debate de altura?, si están tan orgullosos, ¿por qué no usaron esta tribuna una y otra vez hasta convencer, no a nosotros, a sus electores? Los senadores del PRI y del PAN deben esa explicación a la República y a sus  electores.

Hoy, 76 años después de la acción política más importante que tuvo nuestro país en el siglo XX, la expropiación petrolera, nos dicen que una visión de Estado ya no es adecuada para el país y que es necesario construir un nuevo modelo, lo dicen en los spots y lo dicen en las declaraciones a la prensa, pero jamás se atrevieron a decirlo en tribuna, jamás los vi debatir intentando convencer a la gente de que ésta es una buena reforma.

Hoy, el absurdo se ha convertido en la regla para establecer procedimientos legislativos en el Senado. Ése estilo de modificación tras modificación para sujetarse a los intereses extra legislativos, marcan para las próximas décadas este modo impropio y deficiente de conducir un debate de la mayor trascendencia para los mexicanos.

Es de verdad una vergüenza para el Senado de la República haber realizado esta discusión sin respetar el reglamento parlamentario y sin una discusión abierta y seria. Sabemos que en la democracia la mayoría es quien define el rumbo de las cosas, los senadores del PRD jamás hemos estado en contra de la regla de la mayoría, pero la mayoría no debe servir para imponerse, no sirve para ultrajar a la minoría.

No podemos permitir que haya senadores de primera y de segunda y a nuestros compañeros de Acción Nacional se los decimos desde ahora, mucho cuidado, porque lo que hoy nos hicieron a nosotros y al pueblo de México, mañana les puede  ocurrir también a ellos en otra circunstancia.

Lo que ocurrió en el Senado de la República es muy grave: En el PRD no podemos coincidir con quienes usan su posición para comprometer el futuro del país. No podemos ser cómplices de una simulación como esta. Nos oponemos a sumarnos a este circo republicano y por ello decidimos retirarnos del debate en comisiones.

Nos retiramos en un intento por salvar la dignidad del Senado de la República. Nos vemos en el Pleno. Ahí se dejará constancia del papel de cada integrante de esta legislatura y los mexicanos podrán constatar los compromisos de cada senador y de cada partido.

**Intervención en tribuna. 15 de julio de 2014. Senado de la República.


* El autor es Senador por Chiapas por el PRD y secretario de la Comisión de Estudios Legislativos Primera.

martes, 1 de julio de 2014

TRES VECES LO ENGAÑÓ




Zoé Robledo*
01 de Julio de 2014

La primera fue porque estaba lejos; la segunda porque estaba muy cerca y la tercera por mala intención. Así se puede resumir el triple evento en que el holandés Robben hizo ver rasgos sospechosos en el árbitro portugués de cuyo nombre  no queremos acordarnos los mexicanos.

         Escribo estas notas cuando todavía se siente, y se comparte, un sentimiento de tristeza y frustración al ser eliminado el equipo mexicano de futbol en el bastante turbio campeonato mundial en Brasil.  En esta mundial se dan circunstancias que debemos reflexionar tanto en el interior de nuestro país y en el escenario de los grandes intereses que se bordan en la industria mundial de los deportes. El futbol es un ingrediente cultural importante y se requiere pensarlo, por todas sus implicaciones sociales. Revisar los intereses en juego, tanto en nuestro país como en el esquema internacional debe ser un asunto de especialistas y de disciplinas múltiples.

         Sin embargo, por ahora,es necesario volver a la política.

         Dentro de un año habrá elecciones federales en México. Será una de las llamadas elecciones intermedias, porque se corresponde con la mitad del  sexenio, y a diferencia de los años anteriores, ésa será una verdadera evaluación hacia el régimen político. Serán evaluados por la ciudadanía todos los poderes de la Nación.

         Es claro que hay asuntos que deben someterse a la voluntad de los ciudadanos y, por supuesto, hay otros que no. Sería insensato proponer que la ciudadanía decida sobre la alineación de los mexicanos seleccionados en las canchas de futbol. Imaginemos a los connacionales votando sobre quién debe sustituir al “Gallito” Vásquez. Imaginemos un referéndum sobre si don Miguel Herrera se va o se queda cuatro años más. Sería imposible e insensato.

         Pero, a diferencia del futbol, hay asuntos sobre los cuales los mexicanos deben decidir y ese es el caso de las políticas que ha de implementar el país en materia de energéticos de toda naturaleza. En ese orden, un sector amplio de legisladores tiene la intención de que las reformas en la materia sean decididas por los mexicanos en general.  Se trata de que haya un referéndum vinculatorio el día de julio de 2015 cuando los mexicanos vayamos, una vez más, a las urnas en todo el territorio nacional.

         El futbol, con sus lecciones amargas, nos ha enseñado que la voluntad de los protagonistas es decisiva para conseguir buenos o malos resultados. Nos ha demostrado que se puede ir más lejos y que tenemos potencialidades en todos los sentidos.  A su vez, la historia nos ha dejado amplias y profundas lecciones, sobre la necesidad de que todos los mexicanos estemos prestos y convencidos de que podemos ir más adelante.  Nos ha enseñado que podemos avanzar sin necesidad de enajenar discrecionalmente  las riquezas del suelo y del subsuelo.

         Así como en los deportistas mexicanos hay potencialidades, en nuestros suelos y subsuelos yacen recursos que no podemos calcular o medir fácilmente. La geografía nos escrituró veneros que son patrimonio nacional y que debemos cuidar en todas las circunstancias.

Dentro de doce meses tendremos elecciones federales y será una oportunidad para hacer valer nuestro compromiso con la nacionalidad. Será una oportunidad para demostrar que los mexicanos queremos que nuestros recursos sean cuidadosamente administrados.  Sobre todo, que el auténtico patriotismo tutele las políticas en materia de energéticos.

         Estamos a un año, pero también estamos ya sobre un proceso de reformas en el plano de los energéticos que va a afectar al país y esa afectación será negativa sin duda alguna. Por eso mismo, debemos estar atentos y vigilantes.

         El debate sobre el tema se ha producido con limitaciones. Se han hecho trampas y se ha hecho un uso fraudulento de las libertades de expresión en los foros legislativos.  Sin embargo, los mexicanos tendremos la palabra en las urnas y esa decisión debe ser reflexionada. Tenemos un año para hacerlo.  A diferencia del futbol que brinda oportunidades cada determinado tiempo, en las decisiones de nuestro país no habrá otra oportunidad.

Tres veces el jugador holandés Robben engañó al árbitro.

Los mexicanos, por nuestra parte, no sobreviviremos bien a un nuevo engaño.


* El autor es Senador por Chiapas por el PRD.