Septiembre en Chiapas

Septiembre en Chiapas

miércoles, 27 de agosto de 2014

ANGEL POLA, UN —CASI— DESCONOCIDO CONOCEDOR DEL PENSAMIENTO PROGRESISTA


Zoé Robledo*
 26 de agosto de 2014

En Chiapas existen valores humanos que hasta hoy son —casi— desconocidos para propios y extraños.  En este caso, se trata de Ángel Pola Moreno, que nació el 19 de enero de 1861 en Chiapa de Corzo.  En 1983 llegó, sombreado por su propia pobreza, a las puertas del periódico El Socialista de la ciudad de México, que por entonces dirigía el agresivo luchador Juan de Mata Rivera.
        
Ángel Pola fue uno de los precursores del pensamiento socialista en México, tradujo y publicó algunas obras como El socialismo contemporáneo de Emile de Laveleye, que es un resumen del pensamiento socialista hasta 1880.  La traducción del libro de Laveleye tenía el propósito, según el propio Pola, de dar a conocer a la clase trabajadora mexicana, el sujeto de la historia según Marx y Engels, las verdaderas esencias del socialismo; pero de una manera sencilla y clara. Para Pola, antes de referirse al marxismo los trabajadores mexicanos deberían abrevar en las ideas de Saint-Simon, Forier y Owen, dado que el pensamiento de los utopistas abría los mejores caminos para entender las complicadas propuestas de C. Marx y F. Engels.
        
Luis Cabrera, uno de los mexicanos más cercanos, como teórico y como crítico, a la Revolución Mexicana, afirmó que Ángel Pola Moreno fue uno de los precursores del periodismo moderno en nuestro país y de la difusión de los temas sociales, que antes eran desfigurados por las necesidades de la política.  Pola hace consideraciones importantes sobre la realidad en la que vivían muchos mexicanos bajo la dictadura del general Porfirio Díaz, pero  remite la explicación de estas condiciones—indignas en muchos sentidos— a la existencia de un esquema de producción que se basa en la explotación de unos seres humanos por otros: el capitalismo. Los mexicanos pobres no lo son por motivos de voluntad, sino porque así funciona y se reproduce el capital. Por primera vez, se afirma que no es un asunto de buenos y malos, sino de protagonistas de una estructura social determinada. No son los pecados o las virtudes, sino la historia.
         En el plano social —frecuentemente relacionado con la política y, más que todo, con la explotación en sus diferentes variantes— Pola se refirió, por ejemplo,  a los secuestros de niños de los pueblos pobres para ser vendidos en Yucatán a los miembros de la “casta divina” en formación. Seguramente, los reportajes del chiapaneco fueron una fuente de documentación básica para el libro México bárbaro de John Kenneth Turner.
        
Por supuesto, Ángel Pola se refirió a Chiapas. Como chiapaneco con los pies en la tierra refirió las modalidades ominosas de la explotación de los indios en el estado. Como hombre de su tiempo, indica que los problemas de los pueblos indios nacen de los despojos de sus suelos por parte de los terratenientes.  Este robo los deja en la miseria y los obliga a trabajar como baldíos, lo que implica una recreación , ya en los inicios del siglo XX, de los siervos de la gleba cuyos tiempos en Europa fueron del siglo IX al XV en su mayor parte. El autor pretende llamar la atención y despertar una conciencia crítica hacia los acontecimientos de su entidad natal.
        
Ahora bien, Pola considera que el baldiaje en Chiapas está ligado al modo de producción capitalista y es una forma de acumulación originaria del capital, tal como lo denominaban Marx y Engels.  Es una enajenación de tierras, pero también de hombres y mujeres, sometidos al servilismo medieval, pero con finalidades capitalistas. Los campesinos pobres de Chiapas, pasan por un proceso parecido al de los campesinos rusos de un siglo anterior.  Para Pola Moreno, la esclavitud solamente tiene variantes, porque sus esencias son las mismas.
        
Al contrario de la esclavitud, hay un pensamiento liberador, el del socialismo, que tiene sus orígenes en varios principios religiosos, a pesar de que algunas corrientes conservadoras lo nieguen.  El socialismo no es ajeno a Buda ni a Jesucristo.  En el caso del cristianismo, el evangelio es muy claro cuando nos dice:

La buena nueva está anunciada a los pobres; los primeros serán los últimos, felices los pacíficos porque ellos poseerán la tierra; desgraciados los ricos, porque el cielo no será para ellos; el reino de Dios está próximo.

Pola cita otro argumento a favor del cristianismo como origen del socialismo.  Esta vez se trata de San Basilio, que afirmó la naturaleza delictuosa de las riquezas acumuladas. También hace alusión a San Clemente, San Gerónimo y San Juan Crisóstomo. Unos y otros fueron cristianos que, directamente o no, propagaron la idea de que los seres humanos no están condenados a la ecuación domiado-dominador. Estas expresiones van a ser la base de lo que hoy conocemos como Teología de la Liberación.
        
Ángel Pola fue un conocedor de las ideas progresistas y uno de los primeros en divulgarlas en nuestro país. Es pertinente ahondar en su pensamiento. Lo haré en colaboraciones venideras. Es necesario conocer la obra de este chiapaneco casi desconocido en nuestra entidad. Se puede cuestionar su pensamiento, pero no el mérito de haber sido pionero y de llevar su teoría al plano regional.  Su aportación es una lectura de Chiapas a partir de las teorías sociales que sacudieron al mundo en los finales del siglo XIX y principios del XX.


BIBLIOGRAFÍA
García Cantú, Gastón,  El socialismo en México en el siglo XIX, México, Editorial ERA,1969.

Robledo Santiago, Edgar, Valores humanos de Chiapas, Impresos Naucalpan, 2000.

* El autor es Senador por Chiapas por el PRD y Presidente de la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales.

viernes, 15 de agosto de 2014

Nueva mayoría



COLABORADOR INVITADO / Zoé Robledo
15 Ago. 2014

En la discusión de la reforma energética se confrontaron perspectivas en dos planos distintos. Uno sobre qué hacer con la riqueza petrolera del país. En ese plano, el PRD en el Senado formuló insistentemente una pregunta: ¿reforma energética para qué? Sabemos que el modelo está agotado y por eso propusimos una reforma energética modernizadora que usara la riqueza petrolera para atender nuestros problemas nacionales.

El segundo plano tiene que ver con la forma como entendemos la democracia y cómo la ponemos en acción para procesar el disenso. Hubo quienes, en el Senado, tuvieron la tentación de anular al discrepante. Afortunadamente fracasaron.

Los senadores del PRD no renunciamos a la vocación democrática de ser una voz crítica y razonable. Desfavorecidos por la aritmética legislativa, reivindicamos nuestra posición minoritaria diferenciándonos del resto de los partidos: no fuimos la bancada del no; sino del cómo sí. ¿Cómo sí hacer de la renta petrolera una efectiva y socialmente responsable palanca de desarrollo? ¿Cómo sí crear controles democráticos en el manejo de los recursos provenientes del petróleo que eviten la corrupción y permitan la transparencia? ¿Cómo sí abrevar de las mejores experiencias internacionales sobre mecanismos legales para el manejo de los excedentes petroleros con un sentido social? ¿Cómo sí ver hacia el futuro de la energía limpia y renovable?

La crítica recurrente de los promotores de la reforma fue que nuestros planteamientos son ideológicos. ¡Y claro que lo son! Los son en la medida en la que nos diferenciamos en cómo concebimos el rol del Estado y defendemos lo público. Tener un rico y próspero sector energético no vale en sí mismo sino en la medida en la que éste pueda funcionar como el pegamento para transitar hacia un nuevo pacto social que reconcilie a la democracia con el mercado. ¿Cómo? Reconociendo la desigualdad como el problema a resolver y después definiendo las prioridades y destino de esta reforma para construir una sociedad de oportunidades para los más vulnerables.

Kaushik Basu, vicepresidente del Banco Mundial, lo plantea así en su libro Más allá de la mano invisible (FCE, 2013): "Al diseñar la política es muy importante tratar de especificar claramente nuestros objetivos últimos... Lo bueno o malo de una política depende de la forma en que afecte a lo que en última instancia valoramos en nuestra sociedad". Y propone una medida: evaluar el bienestar del país enfocándonos en el bienestar y en el ingreso del primer quintil, es decir del 20% más pobre. Concentrarnos en las personas que están en situación más desventajosa dentro de la sociedad, señala Basu, debe ser el principal objetivo de las acciones de la Economía.

Esta discusión resulta relevante para la democracia misma. Y es que la desigualdad económica desmorona los cimientos de la democracia que tiene como premisa lógica la igualdad entre "una persona, un voto". Cuando en la vida política el voto de los muy ricos es más influyente que el de los demás que no lo son, la democracia misma se ve erosionada y desprestigiada como forma de gobierno.

En el proceso legislativo el resultado numérico era previsible. Fuimos en minoría y democráticamente nos atuvimos a la regla de la mayoría. Advertimos que el voto a favor se distanciaría de la opinión de la mayoría respecto a la reforma energética. Los datos de la encuesta nacional de julio de Grupo Reforma nos dan la razón: 57% de priistas y 61% de panistas se manifiestan en contra de la apertura del sector petrolero al capital privado.

En la consulta popular los equilibrios cambian. Ahí hay una nueva mayoría: La ciudadana, la que está desencantada de los partidos como mecanismos para procesar sus demandas y que considera útil que haya una consulta popular sobre la reforma energética: 66% de los ciudadanos según la misma encuesta. La Constitución pone en manos del pueblo la decisión última sobre los temas trascendentes de la nación, por ello la aprobación de la reforma energética en el Congreso no es el punto final, la decisión última está ahora en manos de quien ostenta la soberanía y no solo de quienes la representan.

 
El autor es Senador de la República por Chiapas (PRD).


DÍA MUNDIAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS




Zoé Robledo*
12 de abril de 2014

El 23 de diciembre de 1994, la Organización de Naciones Unidas decidió celebrar el Día Mundial de los Pueblos Indígenas precisamente el 9 de Agosto. En 2006, la misma ONU promulgó la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. En una estimación aproximada, existen en el mundo 5,000 grupos étnicos, con una población, también estimada, de 360 millones de personas distribuidas en 70 países.

Cabe hacer un comentario sobre la denominación de “indígenas” para caracterizar a los pueblos que supuestamente son los originales en los distintos países de los 5 continentes.  En realidad, la palabra “indígena” se corresponde con “nativo de” y en ese sentido, los alemanes son indígenas, los suizos son indígenas; así como los ingleses, los noruegos, los guatemaltecos, los argentinos, los españoles, los franceses y los mexicanos. En suma todos los habitantes del mundo en sus respectivos lugares de nacimiento.

Tampoco es correcto el uso del término “indio”, dado que en el caso de América Cristóbal Colón denominó “indios” a los habitantes de la isla de Guananí (más tarde conocida como San Salvador), sitio en el que desembarcó el 12 de octubre de 1492 y creyó haber llegado a la India. Hay, pues un equívoco en el uso de la palabra “indígena” y uno más en “indio”.

Sea como sea, la Organización de Naciones Unidas se ha acordado de este basto sector de la humanidad, que había permanecido olvidado durante muchos siglos. Los grupos indígenas, llamémosles así mientras se corrige el error de denominación, solamente eran recordados en el momento de conquistarlos, de aislarlos o de extraerles sus riquezas escasas o abundantes. En muchos casos fue un término para ejercicios discriminatorios y despectivos. En otros casos, como en América del Norte, se utilizaba para señalar a los enemigos que deberían combatirse y exterminarse.  De todas maneras el término siempre ha sido incómodo.

En el caso de México, de acuerdo con lo establecido en nuestra Constitución, somos un país pluricultural, en donde todos los lenguajes y las costumbres tienen los mismos derechos para existir y para construir una mejor convivencia.  En la realidad el asunto es distinto, ya que vivimos en un entorno de colonialismo interno y de discriminación en distintos planos. En México existen entre 65 y 70 grupos étnicos —según la fuente y según el criterio para definirlos— que agrupan a 65 grupos que hablan 62 lenguas con ejes gramaticales diferentes.  La población indígena mexicana oscila entre los 10 y los 12 millones de personas.

En Chiapas, la población indígena es del orden de 1.7 millones, que se corresponden con 11 troncos étnicos básicos. De acuerdo con el número de sus integrantes, los tres grupos étnicos de mayor importancia son el tzotzil, con 407 mil; el tzeltal con 384mil; el chol con 221 mil; el tojolabal con 50 mil y el zoque con 40 mil.  Otros grupos son el mame, el lacandón, el kanjobal, el mochó, el jacalteco,  el chuj y el cakchiquel. Los números se redondearon y existen otros desprendimientos que requieren de una nueva tipología, la cual está pendiente hasta el día de hoy.
        
Existe un debate, con distintas intenciones, en torno a cuál debe ser la convivencia pluriétnica a fin de que la explotación y la discriminación se vean disminuidas en elcorto plazo y eliminadas en el futuro.  Esta polémica surge desde el momento mismo de nuestro nacimiento como Nación Independiente y se ha relanzado a raíz de la rebelión de 1994 en Chiapas.

El acuerdo mayor, al menos teóricamente, fue el de integrar a todos los mexicanos en una sola identidad; es decir una sola clase de mexicanos en una sola Nación. Este fue el consenso de la Reforma, que consideraba a los pueblos indios como “corporaciones” muy ligadas a la explotación y al engaño en mayor o menor medida relacionado con la fragilidad de las culturas indígenas.

La otra propuesta es en el sentido de que las culturas indígenas deben permanecer tal como están y que debe crearse un régimen jurídico especial para los pueblos indios, de tal manera que los usos y costumbres pase a ser los ingredientes esenciales de la nueva normatividad.

El debate continúa y debe continuar, pero no debe substituir a las acciones. Es importante construir una sociedad incluyente, que incorpore las diferencias y que al mismo tiempo fortalezca a las culturas locales con los recursos del mundo contemporáneo. Si se fortalecen las culturas de los pueblos indios, la cultura nacional será fortalecida. Si las partes tienen energías culturales suficientes, el conjunto nacional será cada vez más vigoroso.

Estos son temas para reflexionar en este agosto del Día Mundial de los Pueblos Indios.


Bibliografía
www.onu.org.  11 de agosto de 2014.
Benítez Fernando, Los indios de México. Tomo 1. México, Editorial ERA, 1969.


* El autor es Senador por Chiapas por el PRD.

LA CONVIDADA DE AGOSTO. ROSARIO…LÁMPARA ERES TÚ.




Zoé Robledo*
 6 de junio de 2014

Hace 40 años, un 7 de agosto, ya terminada la fiesta de Santo Domingo en Comitán, falleció en Tel Aviv, a consecuencia de un accidente que, como casi todos, no era inevitable, la escritora chiapaneca –nacida por mero accidente en el Distrito Federal-.

A inicios de este siglo, otro chiapaneco destacado, Don Oscar Bonifaz, escribió una obra original y muy seria sobre Rosario Castellanos. Este chiapaneco de Comitán, que fuera realmente amigo de la escritora relata pasajes con aportaciones muy valiosas sobre las circunstancias de la escritora.

El libro se titula Una lámpara llamada Rosario y fue publicado por CONECULTA Chiapas. Es una obrapensada y escrita sin ditiritambos. La edición es modesta, pero el contenido es de excelencia. Su estilo es claro, como debe ser, y tiene la virtud de atraer al lector y, una vez cercano, lo atrapa en su sencillez y en su contenido novedoso.

Bonifaz comienza con una cita a Jaime Sabines, que es un reclamo a la poetisa difunta por haberse muerto:
                            ¡Cómo te quiero, Chayo, cómo duele
                            Pensar que traen tu cuerpo! —así se dice—
                            (¿Dónde dejaron tu alma? ¿No es posible
                            rasparla de la lámpara?),

El autor en cuestión —O. Bonifaz—nos aporta algunos apuntes biográficos. Ella era hija de César Castellanos y de Adriana Figueroa. Era un matrimonio del Comitán de otros tiempos, en donde los apellidos pesaban tanto como las fortunas hechas de distintas maneras. Rosario era la hija no consentida de la familia, porque el preferido era Benjamín, el niño que reencarna en Balun–Canán como Mario Argüello. Benjamín Muere —como Mario— y Rosario se siente, en su interior, como la culpable por no haber ocupado el lugar postrero de Benjamín.

La muerte de Benjamín es para Rosario un referente atávico. Cada semana los Castellanos visitan la pequeña tumba y Rosario se hace invisible entre las lágrimas paternas y maternas. Don César le cuenta largas historias al niño difunto y le deja moneditas para su gasto del domingo. En su cumpleaños y en navidad la tumba se cubre con juguetes y con uncaballito de cartón con crines de ixtle.

Rosario vive el silencio y comienza a sentir la soledad que va a ser su principal acompañante a lo largo de su vida. Bonifaz nos brinda más elementos para reflexionar: de su madre heredó la pequeña estatura, pero no las habilidades para el trabajo doméstico, como ella misma lo confiesa en Mujer que sabe latín. De su padre, el color blanco de su piel y, sobre todo, un apellido de prosapia chiapaneca. De las indias traídas de sus fincas ha aprendido los secretos de  la sumisión y la costumbre de inclinar reverentemente la cabeza cuando hablan los mayores en todos los sentidos. Don César era un hombre ilustrado, con estudios de ingeniería y propietario de dos fincas: El Rosario y Chapatengo. Algunos sabios extranjeros, que por cierto son muy respetados por algunos chiapanecos, se dice que la finca se llamaba Chactajal o Bajucú (seguramente lo leyeron en Balun-Canán y nos lo venden como ingrediente biográfico).

Oscar Bonifaz nos hace un breve recuento de la obra de Castellanos y nos comparte su correspondencia con la escritora. Es un trabajo muy ordenado y escrito con un lenguaje sencillo, con una muy clara influencia de los modos literarios de su amiga. En varios espacios del ensayo, nos recrea los dos paradigmas de doña Rosario: la soledad y las lámparas. La lámpara ocupó un lugar importante en su poesía, de su visión de la vida, y fue paradójicamente una de las  causa de su muerte. La otra fue la soledad que Rosario consiguió versificar con brillantez.

El libro del maestro Oscar Bonifaz es una excelente invitación para leer a Rosario Castellanos. A la escritora que no hizo narrativas panfletarias, sino que documentó la imaginación con su gran inteligencia. Rosario, como todas las mujeres que saben latín, terminó sin marido y sin buen fin. Oscar Bonifaz nos llama a leer para que la obra de la poetisa permanezca. Casi casi, nos invita a Comitán a recordar a Rosario. A celebrar a Rosario Castellanos, en este agosto, como en Los convidados...

BIBLIOGRAFÍA
Bonifaz, Oscar. Una lámpara llamada Rosario. Tuxtla Gutiérrez, CONECULTA, 2000.


* El autor es Senador por Chiapas por el PRD y Presidente de la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales.